miércoles 23 de enero de 2008, 14:47h
Le está faltando al Gobierno nervio, empuje y estrategia política para explicar el alcance del pánico en los mercados. Sin duda la cachaza del vicepresidente Solbes es eficaz en tiempos de bonanza por su credibilidad en la contención del gasto público. Pero ahora, cuando pintan bastos, su imperturbable actitud, su afán de trasmitir tranquilidad con frases cortas e inexpresivas, cuando no inoportunas, calan poco en los ciudadanos que ven volar sus ahorros en una Bolsa histérica.
Precisamente es la incertidumbre la que está haciendo que los mercados vivan en el vértigo del sube y baja (ahora más baja que sube). Sería el momento de que su solvencia, hartamente probada, sirviera para explicar a las compungidas familias, que van a ir a votar dentro de cuarenta y tantos días, que la crisis es absolutamente global, que autoridades y organismos internacionales están actuando, por primera vez, de forma conjunta para frenarla.
Además de la decisión de la FED, de bajar los tipos de interés, las economías de China e India están acudiendo a apoyar a la norteamericana origen de este desajuste. Que el Gobierno de Zapatero poco puede hacer, en cuanto a medidas monetarias, pero que se van a poner manos a la obra para evitar que crezca el desempleo porque ese dato empeoraría, y mucho, el pronóstico de la ralentización económica.
En esta subasta de rebajas fiscales en la que están compitiendo los dos partidos PP y PSOE, a los votantes no se les explica si tanta promesa se va a poder llevar a cabo en una legislatura de menor crecimiento económico. En cualquier caso, cuando crece el temor por el aumento del paro, cuando los trabajadores temen perder su puesto de trabajo, la reducción del IRPF es como el chocolate del loro.
Los ideólogos del Partido Popular han comprendido, con eficacia, que el tema terrorista, con la ilegalización de ANV en puertas y las permanentes detenciones de etarras y simpatizantes, ya no vende. También se han percatado de que como sigan hablando de la ruptura de España no les va a quedar ni un voto en determinadas autonomías. Así que van a utilizar, y a fondo, las dificultades económicas que se avecinan y la percepción de los votantes de que las cosas no van bien. Mientras el Gobierno tocando violines. Lo dicho, falta nervio y eso se paga.