Y coló. Por supuesto que coló, porque cuando llegas y ves un cartel enorme de Visite el Algarve, pues ya te das cuenta de que estás en una fiesta equivocada, pero ya que estás…pues te quedas. Si encima te dan de comer, para qué contar.
Yo que iba dispuesta a conocer a Rosendo, pues me veo rodeada de señores con traje hablando portugués. Pero yo me hago a todo, así que entablé conversación con uno que era de Madeira. “coño, como Pinocho, le dije”. Ni pizca de gracia le hizo. Así que me fui al photocall a ver si, al menos, me encontraba con alguien interesante. Y vaya, vaya, por supuesto que sí. Estaba allí, ni más ni menos que Paquirrín. Pobre, me da pena, tiene cara de buena persona. Tiene su punto ver un día a Zaplana y al siguiente a Paquirrín. Yo, como soy muy versátil, me acomodo a todo. Así soy yo.
No fue una fiesta de esas con las que las marquesas del barrio de Salamanca disfrutan viéndolas después plasmadas en el Hola. Había mucha modelo, ex miss y profesiones varias. A saber, Estefanía Luyck, Arancha de Benito. Hubo un momento en el que casi me quedé muerta. Le pregunté a uno que estaba en la fila del photocall esperando para posar. “Oye, ¿y tú quién eres que no te conozco?”, se movió la melena y me contestó: “yo soy Luna”, “ah, y que eres, actor, músico…?????”, pregunté intrigada. “No, yo soy superviviente”. En otras circunstancias hubiera pensado que era una respuesta genial pero es que a lo que se refería el bueno del hombre es que es famoso porque ha estado en la isla de los famosos. OHHHHHHHHHHHHH. Y yo sin saberlo.
Alex de la Nuez estaba más preocupado por evitar a los periodistas que por otra cosa. Se acaba de separar de Martina Chelín y es carnaza para ellos. Se lamentaba. Otro que andada por ahí es Mario Vaquerizo. Nunca se pierde una fiesta.
Para los seguidores de la serie Yo soy Bea, les diré que estaban los actores que interpretan a Jota, a Guti y a Gonzalo. Éste último, que en la serie hace un papel muy divertido, con su acento original: el sevillano.
Total que la fiesta en sí estuvo bien pero para cotillear bastante poco. Eso sí, los de Turismo de Portugal tiraron la casa por la ventana. Además, escogieron un sitio fantástico. Shoko, se llama. Es nuevo y está en la calle Toledo, 86