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Termina la mitad de la XV legislatura con más pena que gloria

martes 29 de julio de 2025, 07:54h

Julio de 2025. A la mitad de la XV legislatura, los líderes del gobierno y de la oposición, los señores Sánchez y Feijóo, acaban de ofrecer sus versiones de fin de curso político, ambos en direcciones diferentes como era de esperar. Ni una sola coincidencia en esa muy preocupante polarización, a la que nos tienen acostumbrados. Ni un solo acuerdo en nada… con todo lo que hay pendiente y los graves problemas que nos acucian, sobre todo a los sectores más vulnerables.

¿Quiénes de los dos sectores son más responsables?: Las y los fanáticos de cada escuadra echan las culpas al opositor. Porque estamos en tiempos de fanatismos políticos que en nada beneficia a las libertades, a la convivencia y, mucho menos, a una democracia “cogida con alfileres”. Los tiempos de grandes consensos del siglo XX quedan muy lejos.

El poder legislativo ya está de vacaciones, este período de sesiones se ha caracterizado, casi como los anteriores desde 2019 y, sobre todo desde 2023, por la bronca permanente, la polarización y el no aprobar leyes de trascendencia para la ciudadanía (en especial para los sectores más vulnerables) y la estabilidad de la democracia, como los Presupuestos Generales del Estado o leyes y pactos de Estado en materia de vivienda, por ejemplo… que quizá es el más gravísimo problema que nos acucia.

Está siendo una legislatura anodina, zafia, vergonzosa, denigrante. El circo (en el sentido peyorativo del término) en el que se ha convertido la política nos conduce por la senda de la inacción, pagando las consecuencia las clases sociales más vulnerables, como antes expresaba con el muy gravísimo problema de la vivienda sin que se de un solo paso para solucionarlo, con una privatización acelerada de los servicios públicos (esencialmente los Sociales), pero también de la Sanidad y de la Educación y, a estas alturas, seguimos sufriendo una fiscalidad NO progresiva que beneficia a los más poderosos.

Según EUROSTAT (UE) en junio de 2025 había un 25,8% de personas en riesgo de pobreza extrema o exclusión social (a la altura de Rumanía, Bulgaria o Grecia), de los cuales hay un 9% de niñas y niños en situación muy delicada. Y según el INE, el 33,4% de la población española no puede permitirse ir de vacaciones un solo día al año.

Esto no va de “buenos y malos” va de ralentización y hasta paralización de la política, dependiendo cada votación en el Congreso “de un hilo”. Llevamos dos años sin presupuestos generales del estado, otras leyes necesarias “se quedan en el cajón” por falta de mayorías suficientes o se aprueban con contrapartidas, en ocasiones, vergonzosas para el conjunto del Estado, mientras se priman a unos territorios o a unas minorías políticas.

Es cierto que según los datos oficiales hay más empleo que nunca, lo que no se dice es la calidad y/o la precariedad de una parte de ese empleo. Pero la realidad para muchas familias es muy complicada, para mucha gente mayor vulnerable, para niños y niñas que apenas comen una comida al día según informan varias agencias de la infancia. Para inmigrantes y para una parte de la juventud. “La economía va como un tiro” según los portavoces del gobierno. Pero para mucha gente (demasiada) la realidad es otra.

La incertidumbre parlamentaria ha sido una constante en estos dos años, empezando por la investidura. Sánchez consiguió los votos de ERC, Junts, PNV, EH Bildu, BNG, Podemos y Coalición Canaria, junto con los de los diputados socialistas y de Sumar, para volver a ser presidente, pero ese apoyo vino acompañado de muchas turbulencias, especialmente con Junts, cuyos siete diputados han provocado que el Gobierno perdiera más de una votación parlamentaria e incluso la paralización temporal de una ley clave para su respaldo, la de amnistía. Y gracias a esa ley (la de amnistía) junta a otras diversas concesiones en materia económica y social a Catalunya y Euskadi, que tiene mucha contestación social, se mantiene este gobierno “por los pelos”. Más que desde Moncloa se gobierna, en parte, desde otros lugares, alguno fuera de España.

La amnistía fue la carta con la que jugaron el partido de Puigdemont para condicionar su apoyo a Sánchez. PSOE y Junts finalmente llegaron a un acuerdo en noviembre de ese año tras unas negociaciones lideradas por Santos Cerdán, hoy en prisión, paradójicamente, por presunta corrupción.

¿Qué nos espera a partir de septiembre 25?: Lo que llevamos padeciendo hace meses: “brotes neofascistas” como en otros muchos lugares de Europa y del Planeta. En España más confrontación entre bloques. Para el presidente de gobierno, según ha confirmado “quedan dos años de gobernanza, hasta 2027 y mucho por hacer”.

La oposición seguirá con la exigencia de convocar elecciones generales con el argumento de que la legislatura está acabada. Como antes se indicaba, durante dos años no se han aprobado Presupuestos Generales del Estado (se han prorrogado)… y, por ello, quedará pendiente aprobar los de 2026, si hay mayoría suficiente. Hecho difícil, sino imposible.

En estos días, partidos minoritarios nacionalistas y estatales y/o a la ¿izquierda? del PSOE, reclaman unidad de acción de cara a próximos comicios electorales. Veremos en qué queda.

En los tribunales de justicia hay pendientes diversos casos de supuesta corrupción política que afecta a diversidad de ámbitos y son sobradamente conocidos.

El “trumpismo” afectará a la economía española, como la hará a los países de la UE. Y queda pendiente subir el gasto en militarismo a costa de gasto social o de más deuda pública, como exige la OTAN y EEUU.

Otra cuestión a tener en cuenta es que la socialdemocracia, en España, fue un "bonito sueño". Sin embargo en las políticas del PSOE (de mayoría gobernanza actual), desde 1982 hasta hoy, ha primado un modelo pseudo-neoliberal, con “toques” populistas y confesional a nivel estatal, autonómico y local (Y hay que tener en cuenta que han gobernado 2/3 del tiempo entre 1982 y 2025). Por ello, asistimos a una enorme confusión ideológica, donde priman más que políticas verdaderamente compensadoras de desigualdades, un cierto liberalismo que genera fuertes diferencias sociales.

De no cambiar mucho, más tarde o más pronto, el PSOE podría seguir los pasos -a la baja- de sus homólogos austriaco, francés, italiano o griego... entre otras socialdemocracias que se han ido difuminando en el Planeta o han terminado pactando con liberales “pata negra”

Y a su izquierda sólo quedarían algunos nacionalismos y, posiblemente un eral en el ámbito estatal, salvo que -puntualmente- unan fuerzas, como antes comentaba, hecho, hoy, por hoy, muy complejo.

En este escenario, en España, al igual que en otros territorios de Europa, han surgido, con fuerza, frente a un liberalismo clásico, representado por el PP y algunos partidos nacionalistas, neofascismos representado por VOX y algún partido nacionalista en Catalunya. Veremos con qué apoyos cuentan cuando se vaya a elecciones y su influencia en las políticas de Estado.

Malos y peligrosos tiempos vienen por delante, posiblemente (ya) sin remedio, con el "trumpismo" al fondo y un nacionalismo territorial, en España, insaciable, que les importa “un bledo” el conjunto del Estado.

Francisco Delgado

Analista político

Maestro tipógrafo y psicólogo industrial. Fue presidente de CEAPA y de Europa Laica

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