La UEFA ha dado su autorización "con reticencias" y de forma "excepcional" para que se celebre un partido de la Liga española en el extranjero por primera vez.
El encuentro en cuestión es el Villarreal-Barcelona, que se disputará en Miami, Florida, Estados Unidos. La entidad que rige el fútbol europeo ha prometido que intentará evitar que esta situación se repita en el futuro.
En un comunicado publicado este lunes, la UEFA lamentó tener que tomar esta decisión, justificándola en las "lagunas legales" que, a su juicio, presenta la normativa de la FIFA sobre la organización de partidos internacionales.
Además del Villarreal-Barcelona, previsto para el 20 de diciembre en Miami, la confederación europea también ha autorizado un encuentro de Liga italiana (Serie A) en Australia, el AC Milan-Como.
Amplio rechazo de la afición
La deslocalización de partidos de las ligas nacionales ha generado un gran rechazo en el mundo del fútbol. Hace un mes, en la reunión de su Comité Ejecutivo, la UEFA, presidida por Aleksander Ceferin, acordó abrir una ronda de consultas ante las solicitudes de las federaciones de España (RFEF) e Italia (FIGC).
La mayor organización de aficionados al fútbol de Europa, Football Supporters Europe (FSE), ha lamentado la decisión. No obstante, ha "celebrado" el posicionamiento de la UEFA.
En un comunicado publicado este lunes, la FSE, cuyo manifiesto contra los partidos de liga en el extranjero fue firmado por más de 550 grupos, ha instado a la FIFA a subsanar su "deficiente" regulación y ha pedido a LaLiga y a la Serie A italiana "a que actúen por el bien mayor del fútbol y retiren sus planes". Ahora, solo falta el visto bueno definitivo de la FIFA y de las federaciones de los países anfitriones para que se produzca un hecho inédito que, a tenor de la postura de la UEFA, no debería volver a repetirse.
Ahora, la última palabra depende de la FIFA, máximo organismo mundial, que podría negar que tenga lugar este evento, aunque no hay muchas expectativas de una negativa.
También se debatirá de nuevo de La Liga, puesto que si el resto de clubes de Primera se unen para vetar el partido fuera de España podría paralizarlo. Sobre todo porque amenazarían con acudir a la Justicia y considerar no válido el partido, como una adulteración de la competición, con las sanciones que luego puedan llegar de cara a puntos en la clasificación.
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