Un 10 por ciento de los escolares de Madrid son extranjeros pero, a pesar de este dato, muchos de estos niños siguen sin integrarse en nuestra sociedad. Numerosos alumnos han participado en un proyecto fotográfico que muestra la diversidad de las aulas de la región.
“Al principio no quería apuntarme pero en cuanto empecé, ya desde el primer día, vi que me gustaba hacerme fotos y sobre todo... ¡que me las hicieran!”, explica Trini, de 15 años y nacida en Guinea Ecuatorial. Trini es una de las autoras y también una de las protagonistas de las fotos de la exposición 'Integrarte: Identidades en Movimiento'. Esta muestra ha sido organizada y llevada a cabo por la Fundación Arte Viva, con el apoyo de la Consejería de Inmigración.

“Se trata de una experiencia pionera en nuestro país que promueve la integración de jóvenes de otras nacionalidades a través de la educación, el arte y la tecnología como llaves de actuación para el conocimiento, el respeto y la integración entre ciudadanos procedentes de ámbitos culturales muy diversos”, explica Magali Pasero, de 31 años y directora de educación de la Fundación Arte Viva.
Esta es la segunda edición de este proyecto y por lo tanto el segundo año consecutivo que se puede visitar la exposición de “Identidades en movimiento”. Este año se exhiben más de 25 fotografías representativas del trabajo realizado en el proyecto Integrarte por unos 30 jóvenes durante el pasado mes de febrero. Dicho proyecto fue iniciado por Arte Viva hace un año y en él ya han participado cerca de 100 jóvenes de distintas nacionalidades, aunque todos ellos residentes en Madrid.

“Este es el segundo año que dejamos que se expongan las fotografías de los chicos aquí en el centro", asegura Lucía Herranz, directora del Centro Hispano-Colombiano. “Nos tomamos muy en serio esto de la exposición, de hecho la renovamos cada mes y nos hemos decidido por esta porque nos gusta contribuir a la integración de estos jóvenes. Además estamos abiertos a cualquier nacionalidad: aquí tenemos argentinos, venezolanos, chilenos, dominicanos, ecuatorianos, guineanos y españoles”, añade Herranz.

Este taller de fotografía se ha desarrollado en cinco sesiones, todas ellas llevadas a cabo los sábados por la mañana en el centro y sus alrededores. Lo primero que hacían era ver una serie de fotografías y comentarlas en una tormenta de ideas, con lo que se pretende que los chavales aprendan a intercambiar puntos de vista y a expresar sus opiniones respetando a la vez las de los demás. Luego salían a la calle con 15 cámaras de fotos, una para cada dos, para realizar las instantáneas que ellos querían, teniendo siempre en cuanta lo que habían hablado previamente en el centro. “Algunas de las fotos que hay aquí colgadas no las he hecho yo, pero el tema sí ha sido idea mía. Y también al revés, hay algunas fotos que sí he tomado yo, pero que han sido idea de otros compañeros... Lo hemos hecho todo entre todos y nos lo hemos pasado muy bien”, añade Trini.

Como último paso, los chicos volvían a centro para revelar las fotografías a través de Photoshop, por lo que podían retocarlas como ellos querían. “Además de intentar ayudarles socialmente, también queremos que aprendan de las nuevas tecnologías. El Photoshop es una herramienta que les puede servir para su futuro”, explica Pasero. “Pero a nosotros no nos importa tanto el producto final, la exposición en este caso, como la reflexión en torno a imágenes artísticas para fomentar el diálogo sobre temas relevantes para la integración, como lo son por ejemplo, la identidad propia, la identidad del otro y las convivencia de diversas culturas”, añade.
La muestra permanecerá abierta al público en el CEPI Hispano-Colombiano hasta el 31 de marzo.