Los padres y niños del colegio público Palacio Valdés no concluirán su encierro. Tras la reunión mantenida este martes con los responsables del área territorial, los miembros del AMPA han decidido continuar, a pesar de las propuestas de la Consejería para garantizar que los niños serán bien atendidos en el colegio Arroyofresno mientras el Palacio Valdés es reformado integralmente.
Según explicaron a
Madridiario los portavoces de los padres, el departamento que dirige Lucía Figar ha ofrecido un auxiliar de infantil de apoyo para que los profesores puedan dedicarse en exclusiva a la tarea educativa, con lo que los niños no acusen en mayor medida el cambio de centro.
Además, Educación se ha comprometido a compatibilizar los horarios de los padres para que estos puedan llevar y recoger a los niños, que serán llevado en un autobús gratuito desde el Palacio Valdés al Arroyofresno, en Fuencarral.
Menos tiempo educativo y sin actividades
Estas propuestas no han convencido a los progenitores, que han anunciado que continuarán su encierro en el gimnasio del centro hasta que la Consejería acepte iniciar las obras de remodelación en verano "y no enmedio del curso y rompiendo los planes que ya estaban establecidos para llevar a los niños a un centro más lejano".
La protesta dura ya seis días, en los que han recogido 3.000 firmas de apoyo. Sus hijos iban a ser enviados al Miguel Hernández de Aluche, pero los alumnos del Sagrado Corazón -donde el techo se vino abajo por una obra ilegal en diciembre- ocuparon el sitio que inicialmente les estaba reservado. Ahora, se niegan a que sean llevados a Fuencarral porque supone "más tiempo en el autobús, reducción del tiempo educativo y cancelación de las actividades extraescolares", según Ana Amate, portavoz de los padres.
La única opción disponible
La Comunidad insiste en que el Arroyofresno, un centro con capacidad para 650 alumnos, es "el único disponible" y la mejor opción para realojarlos. Además, "van a tener muchos espacio y van a poder continuar su proyecto educativo". En cambio, para la FAPA Giner de los Ríos esta opción "provoca un agravio comparativo motivado por tener el 96 por ciento de alumnado de origen extranjero y por ser un centro educativo público" frente al de los corazonistas.
"Frente a negociación en el caso de la escuela privada concertada, imposición en la Escuela Pública", asegura la Giner de los Ríos en referencia a que a los padres del Sagrado Corazón se les dio varias opciones antes de tomar una determinación.