Felipe Calderón hace balance de su gobierno

El presidente Felipe Calderón Hinojosa aseguró que México vive hoy condiciones de seguridad por los operativos contra el crimen organizado, y tras advertir que no tolerará desafíos a la fuerza del Estado, anunció más programas, ahora en Durango, Chihuahua y Sinaloa.

El mandatario señaló que las acciones aplicadas en batalla frontal contra el crimen organizado han dado sus primeros resultados, y "para nosotros es motivo de gran satisfacción".

En rueda de prensa desde las escalinatas de la residencia oficial de Los Pinios, a la que asistió sólo en compañía de su secretario particular, César Nava Vázquez, el Ejecutivo Federal presentó un balance de sus 45 días de gestión.

En materia de seguridad, aclaró que el gobierno que encabeza ha sido muy consciente del reclamo de la ciudadanía, por lo cual para restablecer el orden y las condiciones mínimas de seguridad "hemos desarrollado estos operativos conjuntos donde intervienen las fuerzas federales y armadas de México".

Calderón enfatizó que la ciudadanía ha recibido dichas acciones con enorme satisfacción, según muestran estudios de opinión pública, independientemente que ya han generado resultados concretos como la erradicación de cinco mil plantíos de marihuana en Michoacán.

Paralelamente, se han hecho detenciones de delincuentes muy importantes de diversas organizaciones criminales, lo que habla de que se ha cumplido con el objetivo de restablecer las condiciones mínimas de seguridad en las zonas amenazadas por la delincuencia.

Con ello, aclaró el Ejecutivo federal, podrá recuperarse para el Estado la autoridad en territorios que habían sido disputados por la delincuencia.

En el caso de Michoacán, detalló, se han visto resultados concretos al reducirse de manera considerable el número de homicidios, pues tan sólo en el primer mes del operativo, el promedio de asesinatos con violencia se ha reducido casi en 40 por ciento con respecto a los últimos seis meses.

En otro rubro, se congratuló con el Congreso de la Unión que autorizó un incremento en las percepciones de los efectivos de las Fuerzas Armadas, concretamente de los soldados y marinos, quienes percibían salarios extraordinariamente bajos.