Geneal Izurieta: “Chile no tiene aspiraciones territoriales”

El comandante en jefe del Ejército chileno, Oscar Izurieta, aseguró que "Chile no tiene aspiraciones territoriales en otros países" y su política de defensa es compatible con la cooperación internacional y la disuasión. (En la foto, el general Izurieta con Vicente Aresti López, presidente de la Cámara)

En un crudo diagnóstico de la realidad latinoamericana, Izurieta indicó que “Sudamérica es un continente de paz”, aunque en la región siguen latentes “un sinnúmero de problemas que no deben dejar de preocuparnos y que inciden directamente en lo que una institución como el Ejército debe tener en vista”.

“En Sudamérica  encontramos problemas de ingobernabilidad, problemas graves de inequidad social, problemas étnicos complejos, populismo bastante acentuado en algunos regímenes políticos”. Y, además, “carencia de políticas  exteriores estables y permanentes en el tiempo”.

Al respecto, se refirió al reciente conflicto en que se vieron involucrados Ecuador, Colombia "y en parte también Venezuela", y dijo que hasta hace poco hubiera sido impensable que en apenas 24 horas se desatara una crisis de esta gravedad.

El más alto jefe militar chileno concluyó que hay un sinnúmero de Estados con ingobernabilidad, en algunos casos alta, “lo que dificulta las relaciones con ellos”. A su juicio, otro de los factores  que complican la escena,  es que junto a los beneficios de  la situación actual, “ha aumentado la brecha entre ricos y pobres, lo que complica la estabilidad”.

En un desayuno organizado por la Cámara Oficial Española de Comercio, Izurieta hizo un análisis de los cambios registrados en el mundo en las dos últimas décadas, lo que ha generado un profundo proceso de transformaciones y modernización  del Ejército, ”que involucra cambios de Doctrina, Educación y Organización”.

“Hoy se vive en un mundo globalizado, donde hay una preponderancia del régimen democrático como forma de organización política, de economía de mercado y respeto por los derechos humanos”.

Junto a ello, agregó, han surgido nuevas amenazas: terrorismo, fundamentalismos religiosos, populismos, migraciones, eclosiones sociales, ingobernabilidad en algunos países.

Sin entrar a calificar al Ejército, por ejemplo de 12 años atrás, lo claro, dijo, es que ese ejército  “no serviría para el mundo, para la región y para el país que hoy día vivimos”.

El general Izurieta manifestó que el Ejército chileno vive un proceso de transformación y modernización motivado "no por el voluntarismo de la institución, sino por un cambio de las circunstancias internacionales, regionales y nacionales".

Como consecuencia de ello, "la transformación que está experimentando el Ejército chileno afecta no solo a su estructura, sino que también es un cambio de su doctrina y organización".

Izurieta puntualizó que la emigración y el nacionalismo no entrañan en sí mismos un peligro, pero pueden derivar en potenciales conflictos que afecten a la gobernabilidad de un país.

El general sostuvo que "la política de defensa de Chile es compatible con la cooperación internacional y la disuasión y proporciona un contexto de estabilidad y cooperación".