Liderazgo mediocre

Absortos en el caso Venezuela, pensamos que tenemos mala suerte con el liderazgo que nos ha tocado. Parecen ser problemas del subdesarrollo, si vemos a políticos lamentables como Daniel Ortega o la pareja Kirchner, pero resulta que aun los gobiernos supuestamente más desarrollados también sufren por la mediocridad de sus líderes.

¡Empecemos por Francia! Sarkozy daba una imagen de renovación y frescura y ahora ha quedado para las páginas de chismes. Presidente de uno de los países más bellos del mundo, escogió a la copia de Disneyworld como sitio para pasear a su novia. Es un presidente "People" dicen los franceses, que aparentemente no conocen a "Hola". La Italia de Aldo Moro, de Togliatti, vuelve a las muecas y exageraciones de Berlusconi, mientras que en España reeligen triunfalmente al bostezo triste de Zapatero. ¡Menos mal que tienen al Rey! El Sr. Brown de Inglaterra es tan oscuro como su apellido. No todos los días nace un Churchill, pero la Sra. Thatcher era bastante más interesante que los desteñidos laboristas.

El premio a la más absoluta mediocridad se queda sin duda en EEUU. Está por salir un presidente que se destacó por su escaso brillo intelectual y ahora aspiran llegar a la Casa Blanca tres personas que ya, antes de que se produzcan las elecciones, tienen cansado al electorado. El último debate en Pensilvania entre Hillary y Obama fue de una increíble pobreza. En toda la campaña no ha surgido una idea nueva. Obama tiene como slogan al Cambio, ya gastado por Caldera hace décadas. Los golpes bajos, las equivocaciones han sido tan grandes que ambos candidatos han quedado como figuras desagradables y mezquinas. Los analistas opinan que lo mejor que puede hacer McCain es quedarse callado. En un mundo cada día más complicado, desgraciadamente prevalecen las agresivas nulidades.

Maruja Tarre
Internacionalista
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