Brown admite su "decepción" por el resultado en las 'municipales'

En una comparecencia ante los medios de comunicación con el resultado confirmado en 100 de los 159 ayuntamientos en los que ayer abrieron los colegios electorales y a la espera del destino de la vital contienda de Londres, Brown admitió que la pasada fue una "mala noche" para el laborismo y concretamente para él, "está claro que decepcionante", tras enfrentarse por primera vez a una cita con las urnas desde que se trasladó hace diez meses al número 10 de Downing Street.

Por ello, asumió que "hay lecciones que aprender de ello" y se comprometió a "actuar". "Mi trabajo es escuchar y liderar, y es lo que voy a hacer", aseguró en su primera intervención una vez conocidos los primeros resultados, si bien recordó que "hay que esperar" a conocer el saldo global y quién ostentará finalmente el bastón de mando en la capital, único punto del país donde el alcalde es designado directamente por los ciudadanos y donde la contienda mantiene un duro pulso entre el regidor desde hace ocho años, Ken Livingstone, y su rival conservador, Boris Johnson.

Con todo, Brown reiteró que las estimaciones que apuntan a un raquítico 24 por ciento, menos incluso que hace cuatro años cuando los comicios se celebraron en plena resaca del apoyo del Gobierno de Tony Blair a la guerra de Irak, son "decepcionantes" e insistió en que "escuchará" la voz de los ciudadanos tras el más duro correctivo asestado a los laboristas en 40 años.

"TIEMPOS DIFÍCILES"

En su opinión, el resultado se debió en gran parte a la inquietud que las "complicadas circuntancias económicas" de los mercados financieros internacionales han generado entre los ciudadanos, ya que "la gente quiere estar segura, y de hecho lo está pidiendo, acerca de que el Gobierno podrá guiarlos a través de estos tiempos difíciles".

En consecuencia, aseguró que las medidas adoptadas por su Gabinete, entre las que figura la polémica eliminación de la tasa del 10 por ciento del impuesto sobre la renta, se concretarán "en los próximos meses" como la respuesta a las necesidades de los británicos: "Un liderazgo no se prueba en torno a lo que acontece en períodos de éxito, sino en torno a qué ocurre en circunstancias difíciles".

"GRAN DÍA" PARA LOS CONSERVADORES

Por su parte, el líder 'tory, David Cameron, constituyó esta mañana la antítesis de Brown al haber superado en cuatro puntos, según las primeras estimaciones, las predicciones más optimistas que apuntaban a un 40 por ciento de apoyo como objetivo a lograr para demostrar sus posibilidades en los comicios generales, previstos para 2010 si no se produce un adelanto electoral que, a tenor de los resultados de ayer, se antoja imposible: "Es un gran día para el Partido Conservador".

Tras estrenarse como líder en una cita con las urnas, Cameron consideró que el panorama que arroja el pasado 1 de mayo no representa "un voto contra el Gobierno", sino una apuesta "de confianza positiva" hacia su formación, en la que los británicos "ven posibilidades de mejora, ven unidad y que hay un fuerte equipo de líderes que les habla de las cosas que verdaderamente les importan".

Por ello, descartó que las posibilidades de mudarse a Downing Street dentro de dos años estén sustentadas "en la base de un Gobierno fallido". "Queremos probar a la gente que podemos hacer los cambios que quieren ver en todas las cuestiones que realmente les importan y eso es lo que vamos a hacer en los próximos meses", declaró, tras reivindicar la "confianza" generada por los conservadores entre los votantes.