En la cumbre de Lima
Sebastián propondrá medidas para frenar las renacionalizaciones en Iberoamérica
jueves 08 de mayo de 2008, 08:27h
El minstro de Industria, Miguel Sebastián, prepara, estos días, una serie de propuestas que planteará en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y los paises de Iberoamérica y Caribe que se celebrará la próxima semana en la capital de Perú, Lima, para frenar el proceso de renacionalizaciones que se están llevando a cabo en la zona. Según publica ABC, al gobierno español le preocupa, en especial, la actitud adoptada por las autoridades argentinas sobre todo en el caso de Aerolíneas donde, parece ser, están obligando al grupo Marsans, accionista mayoritario, a vender parte de su participación al Estado y a inversores locales.
Aunque la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de los paises iberoamericanos se va a centrar, esencialmente, en la lucha contra la pobreza y el cambio climático, Miguel Sebastián quiere que la Unión garantice, en la medida de lo posible, las inversiones europeas en la zona. La llegada al poder de gobiernos populistas como el de Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela o Rafael Correa en Ecuador han puesto a las empresas del Viejo Continente en peligro.
Especialmente dura es la situación que atraviesan algunos inversores en Argentina. Primero fué Repsol-YPF donde forzaron a la petrolera española a vender un 14% de YPF al empresario local Enrique Eskenazi con la posibilidad de que éste siga comprando acciones durante otros cuatro años más hasta un montante del 24,9% lo que precisamente no sentó nada bien al equipo que preside Antonio Brufau, aunque tuvo que admitirlo.
Ahora, preocupa lo que está sucediendo con Aerolíneas. El gobierno de Cristina Kirchner parece resuelto a recuperar el control de las líneas aéreas. El presidente del grupo Marsans, Gonzalo Pascual, se encuentra en Argentina intentando evitar el cierre de las líneas aéreas, una amenaza ante el intento de ampliar la participación del Estado, actualmente establecida en el 5%, hasta 24%, así como la entrada de varios empresarios locales en un porcentaje importante, de manera que el capital en manos españolas quedaría en minoría. A cambio, el gobierno de Kirchner garantiza la paz social, la posibilidad de aumento de las tarifas y toda una serie de medidas administrativas que no se han aprobado y que mantienen a la empresa en una situación precaria.