El alcalde Jaime Nebot ha rechazado la intromisión del coronel Hugo Chávez en respuesta al mandatario venezolano que mencionó a Guayaquil como parte de un supuesto plan separatista para desestabilizar la región.
El principio de no intervención es piedra angular de las relaciones entre los Estados. Resulta paradójico cómo el locuaz mandatario venezolano, que ve en todo la injerencia de la actual administración estadounidense y un complot con participación de la CIA, se atribuya, con tanta facilidad y frecuencia, prerrogativas para meterse en problemas internos de los demás países.
Los reclamos por la descentralización y autonomía y los pronunciamientos a favor de un cambio del modelo centralista de administración del Estado son de Guayaquil, pero también de otras ciudades y provincias y de una gran mayoría de ecuatorianos. En varias consultas populares se ha impuesto de forma mayoritaria la tesis a favor de la descentralización y autonomía. De estas a la supuesta intención separatista a la que se ha referido el coronel Chávez media un abismo que solo se explicarían por mala fe, desconocimiento de la realidad o, lo que parece más probable, por un intento político de tender una cortina de humo sobre las vinculaciones del mandatario venezolano con las FARC, cuando se espera el pronunciamiento de la Interpol acerca de las computadoras de “Raúl Reyes”, el contenido de cuyos discos duros ha sido revelado por algunos diarios como, en esta misma semana, por El País de España.