Víctima del fuego amigo

Como diría David Bisbal, “esto es increíble”.

Desde hace dos meses José Blanco - antes Pepiño – se aburre como una ostra hasta el extremo de que ya le ha dicho a su Jefe que le busque sustituto en la Secretaría de Organización del PSOE porque durante la legislatura pasada tuvo suficiente trabajo insultando a la derecha extrema, pero en lo que va de ésta no da un palo al agua, y eso le inquieta.

    Rodríguez, en cambio, le ha pedido que aguante, porque si el otro gallego, que es de Pontevedra, se mantiene impertérrito, él que es de Lugo no puede ser menos, y además le ha dicho que no meta bulla porque mientras se pelean entre ellos al gobierno le va de cine.

    Lo cierto es que si el PSOE hubiera perdido las elecciones ahora ZP y su muchachada estarían en plena crisis, aunque conociéndolos, es probable que los navajazos se los estarían dando de forma más discreta porque para esto de conservar el chiringuito los socialistas son unos maestros en nadar y guardar la ropa.

    En cambio en el PP las víctimas van cayendo como consecuencia del fuego amigo. Para Rajoy cada día tiene su afán, y para Rodríguez  cada noche tiene su noticia agradable: solo tiene que sentarse a ver el telediario y conocer el nombre de quién es el nuevo desafecto al proyecto del partido de la oposición.
Así se las ponían a Fernando VII, pero entonces eran sus compañeros de billar. Aquí son los de la oposición silente quienes facilitan a Zapatero su sensación de irresponsabilidad ante Dios y ante la historia.

Gobernar así es un chollo, pero dejará de serlo el día que el personal se cabree, porque si  no hay oposición en el parlamento puede haberla en la calle.