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Cárceles de papel cuché

Cárceles de papel cuché

lunes 22 de enero de 2007, 12:19h
Las cárceles de este país se han convertido en una especie de pasarela de la prensa del corazón, y es que muchos de los reos son famosos o famosillos, gente de la farándula, de los platós de televisión, los saraos y los cócteles de personajes que tienen su aquel en una sociedad que ha puesto patas arriba los valores morales. A las puertas de algunas cárceles se concentran, hacen guardia día y noche, los paparazzi y los plumillas del papel cuché, esperando que Julián Muñoz entre o salga del penal; que Isabel Pantoja vaya o no vaya a visitar a su enrejado amor; que Mayte Zaldivar salga bajo fianza con el rostro descompuesto y ausente de maquillaje; que la ex alcaldesa de Marbella y la ex primer teniente de alcalde de este municipio cuenten su experiencia entre barrotes. La cita informativa para la prensa del corazón está a la entrada de las cárceles, donde entran por un presuntos atrabancos, hijas y yernos de famosos. Los fotógrafos esperan pacientemente la presencia de esos o famosillos que un día, sin saber cómo ni por qué, se convirtieron en iconos sociales, en referencia de un estilo de vida, y que ahora son carne de celda. Todo un espectáculo.

Y el penúltimo episodio de esa feria de las vanidades perdidas, lo ha protagonizado el bailador Farruquito, acusado y condenado por haber atropellado, con resultado mortal, a un ciudadano que cruzaba apaciblemente por un paso de peatones. Este Farruquito, conducía sin permiso cuando arrolló a la víctima, en un coche sin asegurar, a una velocidad que excedía largamente la permitida; además, se largó del lugar sin socorrer al accidentado y después, acorralado, intentó el trueque de que su hermano,  menor de edad, apareciera como el causante del accidente. No se pueden cometer más delitos en un mismo acto y en tan breve espacio de tiempo, por lo que extraña que con todos estos agravantes, Farruquito haya sido condenado sólo a tres años de cárcel. Parecen demasiados delitos para un castigo tan corto. Aún así, el bailaor y su familia se consideran atacados, lesionados por la presión mediática, perseguidos, como si el auténtico culpable fueran la víctima mortal y su esposa.

Farruquito ha ingresado en la cárcel de Sevilla II para cumplir esa corta condena de tres años, que se quedará aún más corta, ya lo verán. La prensa tituló que se había convertido en el preso más famoso de España. De momento, porque según está el patio, no se descarta que en breve pueda verse superado por otro famoso, o famosa, de mayor fuste. El mundo del corazón, del papel cuché, de la prensa rosa, empieza a instalar corresponsalías permanentes a la puerta de muchas prisiones españolas.
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