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Las amistades colombo- peligrosas

Las amistades colombo- peligrosas

viernes 23 de mayo de 2008, 14:03h

Por sus ansias de permanecer indefinidamente en el Poder, desdeñó la decencia y la defensa de los valores democráticos, representados por el presidente Uribe.  Prefirió descender al barranco, tomado de la mano de la violencia y la barbarie que representa Marulanda, el hombre que confisca la vida y la libertad de los ciudadanos y trafica con la muerte. Ante la autenticidad de los gravísimos indicios, tomó la ruta vil del insulto y del agravio, sin dar explicaciones ni respuestas, a tantas interrogantes, poniendo en evidencia el desprecio que siente por su pueblo.  ¡Las evidencias y el silencio lo condenan!.. También sus declaraciones públicas de afecto, amistad, duelo y defensa, a los terroristas colombianos. 

Tiempos de traiciones, de infamias y de indignidades. Años, de darle la espalda  a un vecino demócrata, que solo lucha por la paz y la justicia de un pueblo crucificado por más de cuarenta años. Tiempos de  decepciones, con un representante de la OEA, que ante la catarata de evidencias, solo lanza frasecitas diplomáticamente preparadas, esperando recibir financiamiento para su futura campaña. ¡Todos pescando… en el río revuelto de los petrodólares!... 

Desde Brasil, el mediador-encargado de apaciguar las tormentas que provoca, el que soñó con ser la voz de América Latina, se dispara en halagos para su amigo-socio, afirmándole que ha sido el mejor presidente que ha tenido Venezuela.  De vez en cuando y de cuándo en vez, estimula el ego del camarada. Pero hay que advertirle al fundador del Foro de Sao Paulo, que sería un hecho lamentable para la izquierda extremista, si al camarada venezolano se le ocurriese lanzarse de lo más alto de su ego.  Según un viejo chiste,  así se suicidan los ególatras.

Venezuela y Colombia, dos naciones pioneras de la independencia, de la libertad y la democracia, amenazadas están por la mentira y la traición.  Prisioneras del engaño y de las apetencias de sedientos e inescrupulosos ambiciosos, cuya objetivo es no soltar el poder, cueste lo que cueste, así tengan que pactar  con el mismo Lucifer. El cinismo, el caradurismo y la mentira, se pasean flagrantemente por el mundo.

Tristeza infinita, dolor y rabia, que PDVSA antaño orgullo de los venezolanos, sea hoy  financista de narcoterroristas.  Fuimos un país pobre, pero decente, sin vínculos con la delincuencia organizada.  Ahora,  seguimos siendo pobres porque los recursos monetarios se reparten fuera de nuestras fronteras; porque únicamente alcanzan para comprar impunidad y sellar  alianzas con los seguidores del vil ejemplo del tirano de la isla. Del mismo, que antes de partir al otro mundo, quiso dejar atado y bien atado, lo que no pudo liar por falta de petróleo.

El jefe de esta atípica revolución, (sin estudiantes, obreros ni campesinos,  respaldada solo por rancios camaradas, que guindados al poder ahora son capitalistas) de acuerdo a las circunstancias, se estira o se encoge como esos dulces de confitería.  Cuando insulta y ofende se estira hasta el infinito y se encoge, cuándo pide perdón, besa o manda saludos a los agraviados.  ¡Y aquí no ha pasado nada!... ¿Quién será la próxima víctima de los desmanes y de tan groseros desplantes?...

Su ferocidad por el poder, ha sido el gran obstáculo para que este país prosperara y se desarrollara. Mientras los precios del petróleo suben, la calidad de vida del venezolano, baja a niveles alarmantes. Se aferra a imaginarias guerras e invasiones para distraer el hambre y el desamparo que golpean a un pueblo harto de sus payasadas.  Un pueblo azotado, por una delincuencia alimentada por la impunidad y el discurso diario de odios y rencores. El hampa, en sólo un fin de semana, ha mandado al cementerio a setenta ciudadanos.

Esta “revolución” fue concebida, para el aprovechamiento personal de un militar y de sus compañeros golpistas del 4 de febrero. Militares disfrazados de revolucionarios, que han asesinado a la democracia y contaminado al país de nepotismo, corrupción e ineficiencia.  Altos jefes militares, en una orgía de violaciones a la Constitución, rebuznan el incumplimiento de sus deberes. Otros, desempeñando altos cargos en organismos de Inteligencia, se amigan, con la guerrilla colombiana, olvidando a los compañeros de armas caídos, en enfrentamientos o en masacres.       

¡Venezuela clama por que le devuelvan el honor perdido!...

Myriam Obadía
Abogada venezolana
[email protected]

 

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