OPINIÓN/Víctor Gijón
jueves 29 de mayo de 2008, 11:44h
Si el lehendakari sigue adelante con sus propuesta de referéndum secesionista el Tribunal Constitucional le parará los pies. Lo ha dicho el Gobierno y lo dice el sentido común. Por tanto, menos ruido político-mediático y más pedagogía.
Que Ibarretxe, desoyendo incluso a buena parte de su partido, el PNV, se haya embarcado en ese viaje a ninguna parte, no debe llevarnos a abrir una causa general contra el País Vasco y/o los vascos. Si la primera autoridad democrática y constitucional de Euskadi quiere convocar una consulta antidemocrática y anticonstitucional es, sin duda, una pésima noticia, pero su efecto sobre la estabilidad de las instituciones es prácticamente nula.
La inmensa mayoría de los españoles rechazan de plano el intento rupturista de Ibarretxe, que tampoco cuenta con mayoría en el País Vasco. En las pasadas elecciones generales más de 650.000 ciudadanos vascos votaron a fuerzas políticas que defienden la autonomía, frente a 430.000 votos que suman los partidos integrantes del tripartito que apoya la consulta separatista.
Es decir que ni siquiera sumando los votos de los proetarras, no más de 100.00 según los resultados obtenidos en las últimas elecciones en que pudieron presentarse con sus siglas, obtendrían una mayoría suficiente para sacar adelante el plan. Y eso contando con que todos los votantes del PNV (unos 300.000) siguieran al lehendakari.
La decisión de éste de seguir adelante con su plan tiene todo que ver, precisamente, con el resultado electoral del pasado 9 de marzo que, por primera vez desde los primeros años ochenta, otorga al Partido Socialista de Euzkadi la mayoría de votos y escaños.
Ibarretxe necesita crear victimismo para poder reunir los apoyos necesarios para no perder las próximas elecciones autonómicas. No deberíamos caer en la trampa. Al igual que, desoyendo las voces de los más maximalistas, el presidente Zapatero tuvo la acertada decisión de dejar que el anterior Plan Ibarretxe se defendiera en el Congreso de los Diputados, donde fue derrotado, es el momento de dejar que sea la ley la que pare los pies al lehendakari.
La ley, la Constitución y la opinión mayoritaria del pueblo español conducirán el proceso iniciado ayer por el dirigente vasco a un callejón sin salida y carente de cualquier futuro. Y, si todos hacemos los que tenemos que hacer, sin progroms ni escandaleras varias, las próximas elecciones vascas darán una mayoría a los no nacionalistas.
Por cierto que mezclar a los asesinos en este asunto, bien porque el lehendakari les da cuartelillo con su propuesta, bien para criticar que ello se produzca, es un error mayúsculo. ETA no juega en este partido ni en ninguno otro en el que participen los demócratas.