Faltan médicos

En Cataluña faltan médicos y abren las puertas a la contratación de un millar de profesionales venidos de fuera. Si pensamos en que el libre tránsito de personas y bienes  es una de las señas de la UE, semejante novedad, no debería ser noticia. Por no hablar de la globalización que, en relación con éste asunto, por desgracia, también somete a la ley del Mercado todo lo relacionado con la salud.

   Si, pese a todo, el caso abre polémica, es porque parece fuera de lógica que estemos "importando" médicos  de América o de países del Este de Europa al tiempo que muchos profesionales españoles -médicos, farmacéuticos, enfermeras- emigran al Reino Unido a Portugal o  a otros países de la UE.

   Son razones estrictamente económicas las que impulsan la marcha de unos profesionales que ven cómo fuera de España les pagan hasta tres y cuatro veces más que aquí. Los que vienen -por cierto,sin título homologado- aceptan los salarios de la Seguridad Social; los que se van, lo hacen cargados de razón: tras cinco años de carrera y otros tantos repartidos entre el MIR y la especialización, resulta que con lo que les pagan no llegan a fin de mes. O sí lo consiguen es matándose a hacer guardias y horas extraordinarias. Tenemos buenos médicos -la prueba es que les contratan fuera- pero muchos tienen que emigrar porque les pagamos una miseria. Eso sí, encima, resulta que les confiamos lo más preciado que tenemos: nuestra salud.

   Y nadie hace nada para torcer esa deriva. Tengo para mí que es  contrario al sentido común que en Cataluña algunos dirigentes estén más preocupados (en términos presupuestarios), por las cuestiones "identitarias"  que por la salud de sus conciudadanos y, también lo es que otros -fuera ya de Cataluña-, dediquen más energía y recursos a fuegos artificiales relacionados con las políticas de igualdad que a frenar la marcha de los profesionales de la medicina.