La bomba contra 'El Correo'

Hay im-presentables e impresentables. No es lo mismo la discrepancia con el modo de hacer de algún colega, incluso el rechazo hacia algunas formas de corruptela política, el desapego hacia ciertas formas de intolerancia o de estupidez política, o la burla contra algún desliz verbal, que las acciones de violencia, vengan de donde vengan, o de chantaje terrorista. Estamos hablando, entonces, de algo mucho más serio, y nos cuesta meter en una misma sección de este periódico ambas magnitudes.
Hecha esta salvedad, está claro que nuestro im-presentable, un im-presentable de carácter muy especial, lleno de indignación, de este domingo tiene que ir dirigido a quienes tratan de dinamitar la libertad de expresión. ETA es, además de una aberración, un anacronismo, que pone bombas en las sedes de los edificios de aquellos medios que no les gustan (y les gustan muy pocos, porque la inmensa mayoría están comprometidos con la paz, la democracia y la libertad, incompatibles con estos asesinos). No es la primera vez que El Correo de Bilbao, un periódico valeroso en sus planteamientos sobre la banda del terror y del horror, sufre atentados: ya mataron a su director financiero. Ni es la primera vez que este diario recibe amenazas o chantajes procedentes del mundillo etarra. Nuestra humilde solidaridad, para lo que valga, con los colegas vascos, a quienes rendimos un tributo de admiración: hoy, todos somos El Correo.