www.diariocritico.com
En bolas contra el atasco

En bolas contra el atasco

      

lunes 09 de junio de 2008, 11:24h
TITO B. DIAGONAL
Barcelonés de alta cuna y más alto standing financiero, muy apreciado en anteriores etapas de este diario, vuelve a ilustrarnos sobre los entresijos de las clases pudientes.

Se han puesto de los nervios, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados y atascados niños y niñas que me leéis en estos días de tardía primavera, cuando los camioneros, los rudos (que son casi todos) y los normales (que deben ser como dos o tres), se han echado a las carreteras y autopistas dispuestos a colapsar el tráfico, aprovechando que están en huelga por el alza de los precios del combustible (gasoil en su caso específico). Los transportistas, con su paro, quieren demostrar que se mueven. Se mueven en dirección a La Moncloa, para que el Gobierno del buenazo de ZetaPé se marque un detallito en forma de rebaja.

Ayer domingo, sin ir más lejos, mis entrañables Tato Ganduxer y Quico Boada, me tuvieron que pedir en préstamo el helicóptero del holding familiar con el sano propósito de poder regresar a sus alcurniosos domicilios respectivos. Y es que, como aperitivo del paro de hoy, los accesos a Barcelona estaban colapsados por la marcha lenta de centenares de camiones. Un atasco de los que hacen época y que, casualmente, les hizo la pascua a los de las clases bajas, que son los que salen los fines de semana, aunque sólo sea por rentabilizar su segunda residencia. Las hipotecas, gracias –o desgracias-- al Euribor, está por las nubes, por eso los de abajo, antes de que les llegue el fallido bancario, aprovechan para irse a hacer una barbacoa findesemanera a 50, 70 ó 100 km de casa. Viene a ser algo así como el crepúsculo de los dioses, el Gottämerung wagneriano. O el bíblico (Antiguo Testamento) festín de Baltasar, con la mano misteriosa escribiendo en la pared el “manes, tessel, phares”, que en el idioma babilonio quiere decir algo así como “esto se acaba, queridos”.

Claro que, mientras los transportistas, a bordo de sus camiones, hacían de las suyas, en Madrid, en la Villa y Corte, en el mediodía dominical, cientos de bicicletas de todos los modelos se agruparon a ante la fuente de La Cibeles, animados por la música que provenía de un amplificador empotrado en el carrito que arrastraba una de las bicis. Era la Quinta Marcha Ciclonudista. Los participantes la realizaban para decir que se sienten “desnudos frente al tráfico”. Y claro, lo hacían à poile, en bolas.

Se trataba, según sus organizadores, de reivindicar la bicicleta como transporte ciudadano. Dicen que es más limpio, más ecológico y más económico. Dicen –ellos sabrán por qué—que si todos circularan en bicicleta, no habría atascos de tráfico. Aunque, pequeñines/as míos/as, para demostrarlo provocasen, como me ha comentado mi amigo Lisardo de Serrano, un taponazo de tráfico en la zona de Cibeles y del Paseo de Recoletos. Algo parecido, por cierto, a combatir el fuego con el fuego. "La desnudez es una manera de llamar la atención, porque todos los jueves hacemos una concentración aquí y ningún medio de comunicación nos mira. Hoy estará aquí hasta el telediario", añadía ayer un portavoz de la organización.

Naturalmente, el objetivo de llamar la atención lo cubrieron ampliamente. Casi todas teles estuvieron al quite y les sacaron en pantalla. Digo casi todas. Y digo bien. Porque no me consta que la TMT, que es la emisora local del Arzobispado de Madrid diese imágenes de la concentración. Y todo porque para tan piadosa televisión los ciclistas protestones no iban adecuadamente vestidos. Como que iban en bolas. Eso sí, en nombre de la Santísima Ecología.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios