Se está a la espera de cómo evolucionan los acontecimientos en Tailandia, ahora en estado de excepción. El primer ministro tailandés, Samak Sundaravej, lo declaró así anoche (horario español) después de las revueltas violentas que se desataron en la capital, Bangkok, entre policías y soldados y los opositores del Gobierno. Es precisamente Sundaravej el objeto de las protestas, acusado de corrupción.
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