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Crítica de la película

‘Invictus’: La mirada de Eastwood sobre Nelson Mandela

‘Invictus’: La mirada de Eastwood sobre Nelson Mandela

miércoles 27 de enero de 2010, 17:56h
Invictus es una nueva demostración del buen hacer de Clint Eastwood detrás de la cámara. Partiendo de una historia deportiva que llega a rozar los clichés más evidentes de este tipo de cine, Eastwood consigue esquivarlos y emocionarnos con la victoria de Sudáfrica en el Mundial de rugby de 1995 y con como Mandela supo gestionarla para unir a un país y dejar atrás décadas de apartheid.
Morgan Freeman, que encarna a Mandela con respeto y convicción, llevaba años detrás de un proyecto sobre el líder sudafricano pero no fue hasta que se topó con el libro de John Carlin ‘El factor humano’ cuando se puso manos a la obra. Para la traslación del libro a la pantalla Freeman confió en su amigo Eastwood, que ya le había dirigido con anterioridad en las excelentes ‘Sin Perdón’ y ‘Million Dollar Baby’. No se equivocó, la solida narración del director hace de la película disfrutable para todo el mundo, incluso para los que no hayan visto un partido de rugby en su vida.

Y es que el rugby es una parte fundamental en esta historia que habla de cómo Mandela se encuentra con un país dividido y lleno de desconfianza cuando llega al poder. La minoría blanca le observaba con suspicacia y recelo, mientras que la mayoría negra quería desquitarse después de tantos años de apartheid. Con el propósito de aunar en la medida de lo posible a todo el país, Mandela decidió apostar por el equipo de rugby nacional, uno de los símbolos de la minoría blanca que no pasaba por su mejor momento, para conseguir echar abajo las barreras y lograr formar una nación unida, que más allá del color de la piel, se sintiera sudafricana.

Sin rencor y sin venganza

Una historia sencilla que habla de uno de los logros más importantes de la historia reciente. Como un hombre que había pasado más de 26 años en la cárcel salió para liderar a la nación que le había encerrado. Sin rencor y sin venganza. 

Un tema difícil de trasladar al cine sin caer en la sensiblería y la emoción barata, pero Eastwood sabe llevar la trama con mano firme, a pesar de algunas concesiones como la utilización de la cámara lenta hacia el final, y regalarnos algunos destellos de su genio, como en la escena en la que Pinnear visita Roben Island.

Puede que ‘Invictus’ no sea la obra maestra que esperábamos pero sí que esta dirigida con maestría y saber hacer por un Clint Eastwood que a sus casi 80 años ha conseguido que nuestra cita anual con su cine sea esperado como agua de mayo.
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