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Devorado por el personaje

jueves 08 de diciembre de 2022, 14:47h

Ahora es fácil. Marruecos nos ha echado del Mundial. La España futbolística ha vuelto a la etapa de los noventa, enfrentamientos, dudas, peleas, bandos. Todo aquello, que dejamos atrás para ganar un Mundial en Sudáfrica, ha regresado. Y lo ha hecho de la peor manera. Con nuevas tecnologías, pero la misma guerra de guerrillas de siempre.

Luis Enrique no ha inventado nada nuevo. Tenía dos opciones como seleccionador. Optar por la vía del personaje u optar por la vía de lo futbolístico. En la primera se maneja bien. Encara el conflicto con habilidad y tiene sus razones. Además, sabe explotar en su beneficio los errores de sus enemigos. Porque Luis Enrique hace eso amigos u enemigos. Justo la habilidad que no debe poseer un seleccionador de un país, ya de por sí tan dividido como lo es España. Sin embargo, en lo futbolístico ha fallado de pleno. Se ha olvidado de lo importante que en el fútbol es el gol. Tocar, dominar para atacar. Tocar, dominar para tener la posesión no te lleva a nada. Si España tiene un estilo de juego era el primero, porque lo segundo es un acercamiento a lo absurdo. El tiki-taka sin ataque es como una playa sin agua. Es una parodia. Y eso es lo que, desgraciadamente, sabíamos que íbamos a ver y hemos terminado viéndolo en este Mundial.

"Si no quieren caldo, tres tazas"

La lista era ya un despropósito en lo deportivo. Buscaba siempre potenciar al personaje de Luis Enrique y sus polémicas. A los mayores nos recordó los años de Javier Clemente llevando a jugadores vascos por sistema. "Si no quieren caldo, tres tazas". Ese es el estilo de Luis Enrique. Del personaje. Del valiente contra una España que imagina casposa, porque el piensa que es más que el que inventó la suma. Y en esas ha vivido y vive Luis Enrique. Sabedor de que puede tener razón siempre que todo se desarrolle dentro del conflicto. En la guerra, un bando siempre tiene aliados. Pero eso en o futbolístico no sirve. Y es una pena que Luis Enrique no lo haya visto. Talento y juego existe en España para poder perpetuar un dominio y un estilo de fútbol, pero siempre que no haya personajes que se consideren más importantes que el propio balón.

Luis Enrique ha encarado mal este Mundial. Y lo ha hecho peor dentro del campo que fuera. Y no es fácil. Fuera supo dar donde más dolía con su canal de streamer. Es el paso que más temen los medios. Y tan torpes fueron, o más que el seleccionador, que su mayor crítica viral se basó en una mentira. Un escaparate de lo que tenemos en el periodismo deportivo. Una vía de escape para la batalla de Luis Enrique. Para hacerle más fuerte en su idea. Pero por muy mal que lo hagan sus enemigos, el seleccionador no es un guerrero. Es un puesto para unir y diseñar un equipo de fútbol entre los mejores de cada país. Y en eso no ha habido acierto. Y tampoco en la forma de encarar los partidos. Ni hacer modificaciones. Es por eso, por lo que se le juzga. Y ha sacado la peor de las notas. Su personaje ha devorado a Luis Enrique como le pasó también como entrenador en el Barça o incluso como jugador. A Luis Enrique se le recuerda o llorando en el Mundial USA o reclamando para sí las iras del Bernabéu. Son dos momentos de batalla. Son dos momentos en los que el personaje retaba. Ahora ya habrá una generación que recuerde a Luis Enrique sentando en un banquillo, sin ideas y sin capacidad de lucha. La batalla ha terminado. Ha ganado el personaje.

Alberto Martín

Periodista

Alberto Martín tiene una dilatada experiencia en el campo de la información, trabajando en medios de comunicación desde los años 1990 y llegando a dirigir medios como Libredirecto.com o siendo el delegado del periódico Gol en Madrid durante los años 2000. Experto en deportes y particularmente en turf

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