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Las aventuras de Piter Dax. Una gran novela

viernes 19 de agosto de 2022, 19:48h
Escribir un prólogo es algo que siempre produce satisfacción, pero si te lo pide un amigo, es la forma más adecuada para devolver su amistad. Leí la novela, sorprendentemente de un tirón, aprovechando las vacaciones de verano, encontrándome a mí mismo, pues sus aventuras eran paralelas a mi vida personal, pues la verdad es que conocía a los protagonistas y muchas de sus actividades coincidían con mi periplo vital.

Conocí la joyería/platería Dax en la década de los 60, por entonces yo tenía gran actividad tanto empresarial como política y comencé comprándoles las placas de plata para los premios anuales que organizaba los ya famosos premios Jovellanos que tuvieron tanto éxito que reunieron en una ocasión al Gobierno de la UCD entero pues se la dábamos a Eduardo Serra a la sazón Ministro de Defensa con una asistencia superior a los 1500 comensales de la cena en su honor en el Palacio de Congresos de la Castellana, igual había ocurrido con otros políticos, como Loyola del Palacio o Rafael Arias Salgado . La joyería estaba situada en la famosa calle de los joyeros, la Calle Zaragoza de la plaza Mayor, poco a poco forje una gran amistad con el padre de Píter, que en paz descanse.

En realidad, yo presidía entonces la Fundación Foro Jovellanos, hasta que fuimos atacados por vía judicial por una editorial llamada Nobel porque ellos tenían un premio de ensayo que se llamaba Gaspar Melchor de Jovellanos registrado como marca, lo que no tenía nada que ver con el premio Jovellanos a liberales distinguidos en la política, lo que provocaba mucha información en la prensa y envidia. Una juez de 1ª instancia novata les dio la razón, por el tema de la marca ¿Cómo si Jovellanos el gran liberal de tiempos de Carlos III, fuera una marca comercial?

Los Dax, fueron mis joyeros de confianza durante casi 50 años hasta que, por desgracia, decidieron cerrar en el 2010. Con una mujer y tres hijas, naturalmente, tenía muchos regalos que hacer y así, mientras me vendían sus joyas de gran calidad a precios de amigo, me iban contando de sus venturas y desventuras. Píter era un chico estupendo y aunque yo guardaba más relación con su padre, siempre me propinó un trato excelente porque “de casta le viene al galgo”. Por esto, en cuanto me pidió prolongar el relato en forma de novela, acepté inmediatamente.

La vida, tanto la de un joyero como de mí mismo, ha sido ciertamente complicada, pero un empresario es un aventurero que se ve obligado a llevar una vida difícil y compleja, hasta el punto de que, si no fuera porque era real, parecía más de una novela, que de la realidad misma.

El afecto que les profesaba era consecuencia de una vida casi paralela, y me consta que te da sorpresas, conoces gente a veces muy importante, que te da a ti mismo la impresión de serlo también y no dejas de serlo porque humildemente te plantees lo complejo de la vida y de la gente.

La novela está muy bien escrita, con una prosa no por menos sencilla, sin embargo, demuestra profundidad y calidad, y te hace pasar un agradable rato siguiendo las peripecias de Píter Dax. Estoy convencido de que seguirán otras novelas, que constituirán un gran éxito editorial, pues al igual que yo mismo tienen muchas cosas que contar, de una vida llena de peripecias, ¡con las que dejo a mis lectores! ¡Ojalá! mis memorias que ya andan por casi mil páginas, sean tan atractivas como las de Piter Dax. Un feliz y agitado recuerdo para una lectura tan atractiva como interesante.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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