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Con gastos y a lo loco

martes 29 de julio de 2025, 11:30h

Las más de las veces tengo para mí que cada día que pasa estamos más cerca de Caracas o de Moscú y mucho más lejos de Bruselas o de Washington , así es que el asesor áulico del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero parece que sigue cumpliendo al dedillo las labores que le ha venido encomendando su admirador número uno, Pedro Sánchez que, incluso, le ha premiado recientemente desde el Consejo De Ministros con la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort .

No les viene mal ni a uno ni a otro, Pedro y José Luis, que la población española se pierda en el debate generado por los altercados xenófobos vividos en Torre-Pacheco, esa población murciana que, como muchos otros pueblos de España, tiene ya empadronados casi tantos inmigrantes como nativos. Sin dejar de ser un problema serio el de regularizar la inmigración, y como en política y en la vida hay que priorizar siempre,es mucho mayor el de atajar la ola de corrupción que invade al gobierno y a su partido, que es la consecuencia lógica del mangoneo, la falta de profesionalización de gobernantes y dirigentes colocados a dedo en instituciones y empresas públicas desde que en 2018 Sánchez ocupase la presidencia del gobierno tras aquella extraña moción de censura que Rajoy permitió que llegase a buen puerto para el PSOE pero cuya factura seguimos pagando a diario todos los españoles y que es la causa principal de ese acercamiento a Maduro en lugar de a Von der Leyen o a Trump..

Porque no es sólo lo que se han llevado Ábalos, Cerdán, Koldo y tantos otros, sino lo que se ha dilapidado, se sigue dilapidando…, y lo que te rondaré morena, como decía la canción. Sin Presupuestos Generales del Estado (PGE) en los últimos ejercicios, y sin perspectivas de que vayan a haberlos hasta el final de la legislatura. Ante tan negro futuro, cualquier presidente del gobierno decente ya habría convocado nuevas elecciones, pero éste, con la dana judicial que se le viene encima, ni lo hace ni lo va a hacer. Muy por el contrario, con las imputaciones de familia (su esposa Begoña, su hermano David), y de partido, aquí nadie piensa en apretarse el cinturón y la deuda sigue engordando hasta límites nunca antes vistos: 1,663 billones (con b de burro), de euros sumaba ya en mayo 2025, de los cuales casi 61.000 millones de euros corresponden sólo al último año.

Los gastos de la Administración pública no son pecata minuta pero, además, por el camino son cientos y cientos de millones los que se gastan sin la justificación extrema exigible. Luego, claro está, todo ello se disuelve como un azucarillo en las aguas tenebrosas que se presentan desde los distintos ministerios y que siempre apuntan a que ajustar el gasto puede barrer el estado del bienestar, la solidaridad con los más desfavorecidos , y bla, bla, bla.

Los 1.100 millones de fondos europeos -pongamos por caso–, que estos días hemos sabido que ha perdido España por no tramitar la subida del diésel y abusar de la temporalidad pública, son sólo un ejemplo de la nefasta administración del gobierno Sánchez. Pero hay muchísimos más -pequeños, medianos y grandes–, que muestran que aquí todo va manga por hombro, como si nunca hubiera que hacer frente a tanto desmán, como si todo valiese. Como se trata de dinero público (ese que, para algunos, al final no es de nadie, cuando en realidad es de todos), , así las cosas, aquí se permite cualquier barbaridad presupuestaria.

Pero hay muchos más ejemplos, todos ellos tocados por la ideología y por una especie de síndrome de nuevos ricos, que es el que ataca a todos aquellos que jamás habían pensado en la posibilidad de verse en el lugar al que han llegado (altos salarios, coche oficial, restaurantes de postín, erótica del poder y, si se tercia, hasta puestos de trabajo y pisitos para las “sobrinas”, como ha venido practicando Ábalos… ante la permisividad generalizada –y quizás hasta la envidia–, de compañeros de partido).

Y, con la que nos ha ido cayendo encima, a estas alturas de año, ¿quién recuerda ya que estamos en plena celebración de los 50 años de la muerte de Franco? Le refresco la memoria: durante 2025 el gobierno previó más de 100 actos para conmemorar la muerte del “caudillo”. Celebraciones que iban a llevarse a cabo con un presupuesto de 20 millones de euros –repito, 20 millones–. Cantidad que, a buen seguro, no se ha reducido, mientras que pago café y copa a quién sea capaz de enunciarme, ya mediado julio, cinco de esos grandes actos que se hayan llevado a cabo de esos cien actos programados. Lo que estoy en condiciones de asegurar es que ninguno de ellos habrá llegado a la altura del tobillo a esa canción que Sabina dedicó al viejo dictador , y sin necesidad de nombrarlo , y sin tantos y tan onerosos dispendios: “…Mil años tardó en morirse / pero por fin la palmó / los muertos del cementerio / están de fiesta mayor. / Seguro que está en el cielo / a la derecha de Dios”. Y, más adelante , esa canción que el jienense tituló Adivina adivinanza, apuntaba también que “nunca enterrado alguno / conoció tan alto honor / dar sepultura a quien era /sepulturero mayor / ese día en el infierno / hubo gran agitación / muertos de asco y fusilados / bailaban de sol a sol/ siete días con siete noches / duró la celebración / en leguas a la redonda / el champán se terminó”.

Más lejos incluso queda El affaire que protagonizó el entonces presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, cuya única línea de méritos para encaramarse hasta la más alta instancia de la también entonces ejemplar empresa pública no era otra que la de ser amiguiísimo del inquilino de la Moncloa (Pedro Sánchez para ser aún más claros), a falta de conocimiento gobernó a los carteros a base de ordeno y mando, así es que una de sus medidas estrella fue la adjudicación a la empresa de su hermano de un contrato de renting un 40 por ciento más caro de lo previsto. Con decisiones como esa, antes de dejar la dirección de Correos, nos dejó a los españoles un agujero de algunos cientos de millones de euros más, otro de los caprichos del señor presidente que nos ha salido bien caro a los contribuyentes.

Claro que Correos es sólo una de las 14 empresas que controla la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Las otras trece son Navantia, Tragsa, Mercasa, Grupo Hunosa, Enusa, Ensa, la Agencia Efe, Sepides, Mayasa, Cetarsa, Hipódromo de la Zarzuela, Saeca y Cofivacasa. En total, y desde 2018, año en que Sánchez accedió a la Moncloa tras la moción de censura a Rajoy, todas ellas acumulan pérdidas que llegan hasta casi 1.200 millones. Unos 178 millones anuales, cifra que contrasta con los 66 millones de euros negativos que sumó la SEPI entre los años 2011 y 2017, en la última etapa de gobierno del PP (pérdida media anual de 9,4 millones de euros).

Y, como en los años negros del franqismo, también el sanchismo deja para el verano 2025 la irrupción de noticias especialmente negativas para la imagen de su gestión, subordinada a sus propios caprichos o provenientes de las exigencias de sus socios nacionalistas. Me refiero a esa llamada financiación singular , o cupo para Cataluña que exigen a Sánchez sus socios de ERC y que,lejos de constituir un simple “ajuste técnico” o una “propuesta coyuntural”, lo que de verdad encierra es un sistema inconstitucional y privilegiado de financiación para Cataluña en detrimento de las demás Comunidades Autónomas del Estado español que, de llevarse finalmente a efecto, significará la total ruptura del principio de igualdad y solidaridad que debe inspirar toda política pública.

Asistiremos, pues, en los próximos meses a toda una serie de bulos, mentiras y medias verdades destinadas a ocultar lo evidente lanzadas desde el Consejo de Ministros y sus terminales mediáticas que, además, los ministros tratarán de presentar como una oportunidad para toda la nación y bla, bla, bla, cuando anteayer mismo juraban y perjuraban todo lo contrario, es decir, que jamás se llevaría a cabo una cesión como esta que, en última instancia, supone un nuevo repliegue del estado en Cataluña. No habría una medida menos socialista que ésta para un gobierno al que se le llena la boca de progresismo, igualdad y redistribución de la riqueza. Mentira, todo mentira. Aquí, ya digo, ¿para qué reparar en el gasto? La palabra ajuste se ha desechado también del diccionario.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023) LInkedIn: https://www.linkedin.com/in/josé-miguel-vila-8642271a/

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