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La ética por encima de todo...

domingo 14 de marzo de 2021, 11:16h

Tal vez, quien os escribe hoy pueda verse como un tipo raro, como alguien que vive en otra realidad que, incluso pueda ser tratado como un perfecto ingenuo. No lo sé pero prefiero pensar, sentir y actuar de la manera que lo hago antes que traicionar mis principios aún sabiendo que hay gente que carece de eso y también de escrúpulos para hacer las cosas que hacen.

La Historia se entiende muchas veces como una sucesión de hechos sin más pero ésta, de manera tozuda, se presenta de igual forma en determinados instantes. Y esto es lo que creo que está pasando actualmente en la Política de nuestro país.

No soy demasiado mayor pero tengo suficiente edad como para acordarme de lo sucedido allá por el año dos mil tres en la Asamblea de Madrid, en la que dos diputados del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez hicieron posible con su abstención que Concepción Dancausa, parlamentaria del Partido Popular fuese elegida Presidenta de la Cámara Regional madrileña y de ahí que toda acción que tenga esas características ahora la tildemos de “Tamayazo” que a la postre, hizo presidenta de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre, con repetición de elecciones incluida.

Y ahora, volvemos a estar en similares circunstancias en este caso en la Región de Murcia aunque cambiando de partido. En este caso, ha sido Ciudadanos.

Desconozco por qué pero hace unas semanas cuando se inició el juicio de la caja B del PP más conocido como “el Caso Bárcenas”, recuerdo estar viendo el programa “La Hora de la 1” cuando los periodistas que estaban en la mesa de debate dijeron que ahora el Partido Popular lanzaría una especie de “OPA hostil” sobre Ciudadanos interpretando unas palabras de Pablo Casado donde mencionaba lo de “reagrupar el centro político” de España y para que nada escape del azar, faltaba una pieza en el juego del ajedrez de la calle Génova: José María Aznar, que reapareció a la escena política en un acto junto al actual líder nacional del partido unido a la entrevista en el programa de la Sexta de Jordi Évole. Lo dicho: en Política, nada o casi nada es casual.

Dijo en su momento Pablo Iglesias Posse, fundador del PSOE, una frase que me parece adecuado para definir perfectamente qué es lo que debe ser la ética bien aplicada en Política y en la vida en general: “No sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres” y dicho principio es algo que debe aplicarse toda persona que quiera dedicarse a la Política escrita en mayúsculas. Por eso, algunos en estos días han dejado claro que precisamente su conducta no es para nada recta y por tanto, nada de ejemplar.

Recuerdo en mis tiempos de instituto cómo pude disfrutar de asignaturas como Filosofía o Ética, en las cuales aprendí que la conducta del ser humano hace posible que podamos distinguir dos grupos perfectamente diferenciados: las personas íntegras y las que no lo son y entendiendo la Política como parte de la vida y en muchas ocasiones, un oportuno reflejo de la misma, podemos decir que se puede entender perfectamente que efectivamente como sostiene el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez no hay nueva ni vieja Política sino más bien buena o mala Política.

De hecho, él siempre dice que lo importante no es hacer nueva sino buena Política. Y estoy de acuerdo con esa afirmación puesto que del lado de lo éticamente aceptable siempre estará la buena Política y no actos como los ocurridos en Murcia.

Pero siguiendo por la senda de la explicación correcta de los hechos, es justo destacar la doble vara de medir y de expresarse de la Derecha a la que ingenuamente ha caído Ciudadanos: “lo justo es que gobierne la lista más votada” ó esa que habla de un “pacto de perdedores” cuando la Izquierda desbanca del poder a la Derecha aplicando un mecanismo legal y legítimo como es la moción de censura.

Luego, si esto mismo lo practica el Partido Popular, el discurso cambia con frases tales como la de la “lógica parlamentaria” o la de los “tacticismos electorales” en los que nunca dicen estar los de Génova pero que, curiosamente utilizan cuando ven su poder seriamente amenazado o si por el contrario, pueden alcanzarlo. Y no olvidemos que si lo hace la Derecha siempre estará bien, aunque esto signifique conseguirlo “por lo civil o por lo criminal” como diría el añorado Luis Aragonés.

Decía Victoria Camps que “la ética o la moral deben de entenderse no solo como la realización de unas cuantas acciones buenas, sino como la formación de un alma sensible” y por eso creo que la antítesis ante personas con ansias de poder cueste lo que cueste, hemos de entender quienes creemos firmemente en las rectas actitudes de los hombres que alguien como Ángel Gabilondo son necesarios en nuestra sociedad para entender que no hay mayor luz para un camino oscuro y tenebroso que nos prepara siempre la Derecha que la actitud sin tacha y recta de políticos como este señor. Por cierto, un hombre entregado a los designios de Dios como corazonista de San Sebastián del que muchos debieran de aprender.

Y es que, a buen seguro estoy que Gabilondo sabe que la Filosofía no es llamada “la Madre de las Ciencias” al azar sino porque ésta engloba todos los saberes y conocimientos que le son inherentes a la persona como para hacer posible que la Ética sea una guía adecuada para poder alcanzar o al menos intentar ser un buen ciudadano. Y no, no me refiero ser un buen ciudadano al concepto extraño que tienen señores como los del partido naranja sino a aquel que responde a patrones donde la Educación, la Moral o la Ética son patrones necesarios para dar cabida a la razón como aquel instrumento que nos haga avanzar en la vida para conseguir ser cada día mejores.

No persigo con esto más que invitar una vez más a la reflexión a todo aquella persona que me lea para que sea consciente de qué pasa en la vida como en la Política para que después se pregunte si es lo mismo dar el voto a unos o a otros cuando a algunos, el faro que les alumbra es dichoso y el otro no lo es, pues si comparamos la moción de censura de Pedro Sánchez fue para desalojar del poder a un partido que había cometido durante años actos fuera de la ética y que cualquier ciudadano con un mínimo de sentido común, aprobaría sin dudar que efectivamente eso no era algo que se pudiera consentir.

Por eso, creo estar en lo cierto sin temor a equivocarme, que lo justo y necesario para recuperar la confianza en las instituciones y en la Política, es desbancar a aquellos que juegan con la buena fe de la vida pública (como el dimitido que no cesado Consejero de Sanidad de la Región de Murcia por ponerse la vacuna contra el COVID cuando no le correspondía) del ejercicio de la cosa pública a aquellos que no son merecedores de ostentar ningún cargo de responsabilidad política cuando precisamente, sus actos no tienen nada de responsables como tampoco es jugar con la vida de las personas, donde existen casos claros que sirven para demostrar que para nada es ejemplar la acción política del Gobierno de Ayuso con la desatención en residencias de ancianos o una más que clamorosa e ineficiente gestión de los hospitales públicos de Madrid que hacen más que justificables las mociones de censura presentadas tanto por el PSOE como para Más Madrid, cuyo futuro se muestra incierto hasta que la Justicia determine si han de atenderse dichas mociones o por el contrario, ir a elecciones tras la convocatoria de las mismas por parte de la Presidenta Isabel Díaz Ayuso, la cual a su vez presentó su dimisión como ya por todos es sabido. Veremos qué pasa ahí…

Por eso, no puedo reprochar en absoluto lo realizado por el Partido Socialista Obrero Español en esta ocasión pues en el legítimo uso del deber de cara a la ciudadanía, presentar mociones de censura está totalmente justificado cuando éstas vienen a dignificar la noble tarea de la Política en aras de la transparencia y sobre todo, del beneficio de la sociedad en su conjunto y es lo que han hecho en buena lid también en la Región de Murcia, diputados de la Asamblea de Murcia del PSOE y Ciudadanos sin olvidar también la presentada por el PSOE en Castilla y Léon, hecho sin precedentes en nuestra Democracia.

Y es por este motivo, que mi conciencia me ha empujado a escribir esto pues es lo que siento y en lo que siempre he creído, poniendo el acento en que no hay mayor demostración de nobleza política que tenerla a ésta como un ejemplo claro de vocación y es que quienes carecen de ella más tarde o más temprano al final acaban demostrándolo, sin ningún género de dudas.

Es por eso que si algo tengo claro y así lo hago constar en el título de este artículo, es que la Ética debe estar siempre por encima de todo.

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