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Ultras: ¿una enfermedad incurable en nuestros estadios?

lunes 28 de octubre de 2024, 08:35h

Más que aficionados parecen soldados civiles con ínfulas de constituirse en verdaderas guerrillas militares surgidas del odio al contrario, o más bien al enemigo. Aunque parezca otra cosa, no estamos en el terreno de lo militar sino sólo en el futbolístico. Una cuestión que alguien, como el que firma, absolutamente afutbolístico (¡no se puede ser perfecto, chico…!), no llega a entender por mucho que se esfuerza.

El penúltimo incidente vinculado al forofismo extremo en un campo de fútbol. Me refiero al ocurrido hace unas semanas (octava jornada de la liga), en el Metropolitano el campo del Atlético de Madrid, por unos incidentes que obligaron al árbitro a parar durante más de un cuarto de hora el Derby que enfrentaba a Atlético y Real Madrid. El Comité de Disciplina Deportiva cerró parcialmente la grada baja del fondo sur del campo para tres encuentros, aunque finalmente los dedujo a uno solo, y a una multa puramente testimonial para el Atlético (3.000 €, en lugar de los 45.000 € iniciales), por el lanzamiento de objetos a la zona en la que se encontraba el portero madridista, el belga Thibaut Courtois.

Decía Calderón de la Barca que “al Rey la hacienda y la vida se han de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios” … ¡Y del club de nuestras entretelas…!, le dirían hoy al gran dramaturgo del siglo de oro español cientos y cientos de acérrimos seguidores de los colores de su equipo, ya sean de primera, segunda o tercera división.

Pienso, por lo vivido sólo en las últimas semanas, en grupos como el Frente Atlético, los ultras del Deportivo de La Coruña (los Riazor Blues), los del Málaga (Frente Bokerón), pasando por Los Yomus del Valencia, entre muchos otros grupos ultras vinculados directamente a sus equipos de fútbol y, de alguna manera si no alentados, sí al menos consentidos por clubes y futbolistas, de un gran porcentaje de los clubes de fútbol de nuestro país.

Con todo, por supuesto, este no es un fenómeno patrio y pueden encontrarse grupos homólogos en la gran mayoría de los clubes de fútbol europeos, que siempre dejan su firma cuando acompañan a sus equipos en los desplazamientos en las distintas competiciones continentales, comenzando por la Champion League. Buena parte de los unos (españoles) como los otros (resto de Europa), ayudados por las redes sociales, disponen tanto de página web como de merchandising que hacen llegar a sus simpatizantes desde sus sitios web.

El extremismo político ha encontrado también aquí un terreno fértil para introducir sus ideologías, de modo que cada vez es más frecuente ver que unos y otros grupos ultras están vinculados a tales o cuales sectores ideológicos. Véanse si no, ejemplos de uno y otro lado: el nazi o fascista, como el Frente Atlético; independentistas como los ultras de la Real Sociedad; y violentos de ultraizquierda como los Biris, del Sevilla; o los Bukaneros del Rayo Vallecano.

Las políticas de contención de los clubes para proteger los valores del deporte y la convivencia frente a estos aficionados, más cerca del matonismo que del amor a sus colores, no están siendo muy eficaces hasta la fecha, porque rara es la semana en la que no encontramos gestos, insultos, enfrentamientos o provocaciones frente a los futbolistas del equipo contrario, o en contra de sus seguidores y tanto dentro como fuera de los estadios deportivos.

Desconozco si la legislación deportiva y penal al respecto en nuestro país es o no suficiente, pero si hay que modificarla, no sé qué están haciendo políticos, liga y clubes para ponerse manos a la obra porque, de no hacerlo cuanto antes, podemos volver a encontrarnos con más que palabras mayores y lamentarnos de nuevo, y por enésima vez, por no haber sabido actuar a tiempo.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023) LInkedIn: https://www.linkedin.com/in/josé-miguel-vila-8642271a/

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