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Diario de una pesadilla (27)

domingo 19 de abril de 2020, 12:27h

Aquí seguimos cerrados a cal y canto sin saber cómo llevan los científicos las investigaciones. Lo que sí estamos a punto de conocer es el origen de esta pandemia. Nos dijeron que el murciélago o el pangolín podrían haber tenido la culpa. Sin embargo, para Donald Trump el origen está en el laboratorio de Wuhan. Según la Fox News fue un trabajador de la instalación el origen de todo. Detrás de esta empresa informativa sabemos que están los dineros de Trump. Sin perder eso de vista, asegura la Fox que el gobierno chino ha ocultado y manipulado datos para tapar y ocultar la verdad. Nada más empezar esta crisis sanitaria ya lo apuntó el doctor Cavadas y le llamaron al cirujano exagerado por decir que nunca desde China nos dirían la verdad. ¿La sabremos algún día?

Sigue la catarata de contagiados y fallecidos. Estoy con Constantino Mediavilla, el presidente del grupo Madridiario. ¿No son suficientes casi 21.000 fallecidos para poner un crespón negro en nuestras banderas? La ministra María Jesús Montero desperdició una oportunidad de oro en la rueda de prensa del viernes para decir, no soy yo nadie para tomar una decisión de ese calado pero si soy dueña de ponerme un lazo negro en mis comparecencias”. Pero no dijo eso, alegó a lo que ya expresó el presidente Sánchez: “que cuando todo acabe, se hará un gran acto de Estado”. ¿Y ya está? Pero de aquí a que acabe puede haber un largo trecho y ¿mientras tanto?

Sinceramente creo que la política es eficacia y rapidez en la toma de decisiones pero también son gestos. Hay 21.000 familias que no han podido arropar a sus seres queridos en el trance de la muerte; tampoco han podido velarlos y ya no digamos enterrarlos con todos los honores.

Las comparaciones son odiosas pero pensemos en las grandes catástrofes aéreas, como la última de agosto del 2008 con aquel avión que se estrelló en plena maniobra de despegue en el aeropuerto de Barajas -- me refiero al McDonnell Douglas MD-82-- hubo 154 muertos y 18 supervivientes. Fue una auténtica tragedia. Muchos de los que salvaron la vida, aún hoy tienen secuelas. Hagamos cuentas extrapolando los datos del avión de Spanair a la tragedia que tenemos en ciernes, es ¡cómo si se hubieran estrellado 136 aviones! ¿Todavía no nos damos cuenta de la tragedia que estamos viviendo? ¿Qué hay de sectario en rendir culto y homenaje a nuestros muertos? Las víctimas no son ni de derechas ni de izquierdas. Son eso, víctimas de algo todavía desconocido hasta para los científicos.

Por cierto, seguimos incrementando la cifra de contagiados y fallecidos entre nuestros sanitarios. Hoy hemos conocido que el jefe del servicio de Cirugía General y de Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz, Joaquín Díaz Domínguez, de 64 años, falleció el sábado. Este cirujano llegó a ser director médico del Hospital y era profesor de la Universidad Autónoma. Llevaba más de cuarenta años ejerciendo la Medicina. Se contagió de coronavirus en el propio centro médico. Todos los trabajadores le han dado un aplauso sentido nada más conocer la noticia.

No hay palabras. Se quedan pequeñas. Vayamos a los gestos. Esas pequeñas cosas que nos hacen empáticos. Acompañar en el dolor no nos hace débiles, nos hace personas. Ya lo decía Kipling en su famoso poema “If”: “Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor la pierden y te culpan a ti. Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti, pero también aceptas que tengan dudas. Si puedes esperar y no cansarte en la espera…Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados y así resistir cuando ya no te queda nada, salvo la Voluntad que les dice: ¡Resistid!...¡ serás un Hombre hijo mío!”. El “Sí” de Kiplin cura corazones. ¡Buen día!

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