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Ecos de la reunión con la banda

El Gobierno teme que la filtración del contacto con ETA provenga del PSE

El Gobierno teme que la filtración del contacto con ETA provenga del PSE

·  Pero puede formar parte de una estrategia ante la cita del viernes de ZP y Rajoy
· Rubalcaba convoca a los periodistas para no decir nada sobre la reunión con ETA

miércoles 20 de diciembre de 2006, 18:45h
Estupor en el Gobierno por la filtración del contacto habido con ETA el pasado jueves y que ha revelado en exclusiva el diario El Correo. Nadie se esperaba esa filtración, que ha cogido con el paso cambiado al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y que también le ha desbaratado su estrategia informativa. Y estupefacción en el PP, cuyo líder, Mariano Rajoy, ha eludido a la prensa, pero cuyo enfado por el escaso tacto con el que Moncloa aborda las relaciones con los populares es más que evidente. Y más estupor aún en el PSOE, que temen que la filtración del contacto con ETA haya salido de las filas del PSE.

Según ha sabido Diariocrítico de fuentes conocedoras del proceso de paz, el contacto con ETA del pasado jueves se trató exactamente de eso: de un contacto, pero no fue una reunión negociadora formal entre delegaciones, sino una reunión preparatoria de una nueva fase con calendario, programas y contenidos. Aún no se ha llegado a esa fase, y si se produjo el contacto fue para ‘calmar ánimos’ y rebajar la tensión en la que se mueve el proceso de paz.

 El Gobierno quería que esos contactos –no es el primero, según nos afirman las citadas fuentes- quedaran en el más absoluto anonimato. Por esa razón, el propio Rodríguez Zapatero nombró únicos interlocutores con los medios y con los grupos políticos a la vicepresidenta Fernández de la Vega y al ministro Pérez Rubalcaba. Ninguno de los dos informó sobre este contacto con la banda etarra a ningún grupo parlamentario, según ha confirmado a este diario entre los portavoces de los distintos grupos.

 De ahí, que la noticia cayera como una ‘bomba’ este miércoles en la práctica totalidad del arco parlamentario: nadie tenía información, nadie sabía nada, nadie había recibido ninguna llamada de Pérez Rubalcaba para comunicarles ningún dato concreto. Y, a este respecto, quien primero reaccionó fue el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que llamó por teléfono al ministro del Interior. Del contenido de esa conversación no ha trascendido gran cosa; pero parece que el ministro se dedicó a lanzar ‘balones fuera’, confirmando que no se trató en ningún caso de una reunión de negociación.

 Ante el efecto de la información, hecha pública sólo dos días antes de que Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy mantengan el primer encuentro en Moncloa desde hace nueve meses, Pérez Rubalcaba se vio obligado a convocar una conferencia de prensa para, literalmente, reírse de la prensa. El ministro dijo que no podía hablar sobre las conversaciones de paz y pidió “comprensión” para su silencio y el de su Gobierno, negándose a confirmar o desmentir el contacto con ETA del pasado jueves. Más tarde, en los pasillos del Congreso de los Diputados, el portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, bromearía al respecto: “Si esa rueda de prensa la hacemos así cualquiera de nosotros cuando estábamos en el Gobierno, no nos dejabais [los periodistas] salir vivos de la mesa”. Zaplana confirmó que, efectivamente “no he hablado de esto con Alfredo Pérez Rubalcaba”, en referencia al contacto con la banda etarra.

 En el PP hay estupefacción, según medios del gabinete de Rajoy, por la falta de sensibilidad con la que el presidente del Gobierno está enfocando el proceso y sus relaciones con el líder del principal partido de la oposición. En concreto, en cómo Rodríguez Zapatero convocó la reunión del viernes con Rajoy –por mensaje a los periodistas antes de fijar fecha y hora con Rajoy-, cómo ofreció la información La Moncloa, cómo se han enterado del ‘contacto’ con ETA del pasado jueves y cómo ‘ha toreado’ Pérez Rubalcaba a la prensa sobre ese contacto.

 Todo ello quiere decir que el viernes Rajoy irá muy crecido a la reunión en La Moncloa y le va a decir Zapatero lo ya sabido, pero con muchas energía: respeto a las reglas del juego, no a la negociación política ni con ETA ni con Batasuna, los abertzales no concurrir a las elecciones de mayo y regreso al pacto antiterrorista. Y un ítem más, como broche de todo lo anterior: el PP no se comprometerá a respetar ninguno de los acuerdos a los que pudiera llegar el Gobierno de Rodríguez Zapatero con los etarras. Parece, pues, que la reunión será especialmente tensa y es probable que tras la misma, ya que Rajoy dará una rueda de prensa, Zapatero se vea obligado a comparecer igualmente ante la prensa, aunque tal extremo no ha sido confirmado por el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.

La filtración, ¿desde el PSE?

 En Moncloa y en Ferraz –Presidencia del Gobierno y sede federal del PSOE- se cree con suficiente conocimiento de causa que la ‘filtración’ de la noticia salió de Euskadi y, más concretamente, de las filas de los socialistas vascos, el PSE-PSOE. De ahí que la preocupación sea aún mayor, porque vendría a demostrar que el Gobierno no controla los tiempos de la negociación con ETA y mucho menos los tiempos de difusión de la información.

 Tan es así, que toda la estrategia informativa de Pérez Rubalcaba con los grupos parlamentarios ha saltado por los aires, ya que no resulta conveniente que los grupos políticos se enteren de un hecho tan trascendental por la prensa. Y no importa tanto al PSOE que el PP se sienta como ‘requiebrado’ –creen en Moncloa que no es posible llegar a ningún tipo de acuerdo con Rajoy y si lo ha citado Zapatero es exclusivamente para que los españoles vean cómo el PP escenifica la ruptura y rechaza apoyar al Gobierno en un tema de Estado-; lo que sí les importa es que esa misma sensación la tengan sus ‘socios’ –IU y ERC- y especialmente el PNV.

 Y una última hipótesis que ha planeado en los grupos parlamentarios este miércoles: hay quien piensa que, más que una ‘indiscreción’, puede tratarse de una estrategia con doble sentido de cara al encuentro Zapatero-Rajoy: al líder del PP ya no le queda más remedio que acudir a La Moncloa con cara de pocos amigos y, desde luego, a no apoyar al Gobierno en su negociación con ETA. Pero si esto ocurriera, sería bueno para el Ejecutivo, porque, si las negociaciones salen mal, se le podrá echar la culpa a la posición ‘obstruccionista’ del PP, y si salen bien, se podrá decir que se ha hecho a pesar del PP. En cualquier caso habría un rédito electoral.

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