Los ahorcamientos en Irán

Es una vergüenza que en pleno siglo XXI aún haya países que se dediquen a brutalidades tales como los ahorcamientos públicos. En esta locura ha incurrido, una vez más, el Gobierno de Irán, presidido por Mahmud Ahmadineyad, quien encima se permite pretender dar lecciones de moralidad a Occidente.

Irán se ha convertido con las ejecuciones de este domingo (29 ahorcados) en el segundo país que realiza más ejecuciones salvajes de este tipo, después de la dictadura China. Por mucho que los asesinados (no vamos a llamarlos "ejecutados") fuesen acusados de crímenes y tráfico de drogas, no se puede decir que la justicia iraní se distinga, precisamente, por el respeto a los derechos que todo ser humano debería de tener garantizados. Entre los ahorcados ha habido, además, mujeres acusadas de adulterio. Un delito en países fundamentalistas islámicos como Irán, que han llevado a sus códigos penales cuestiones de moralidad y de conciencia.

Es, repetimos, una afrenta para toda la humanidad. las potencias occidentales también deberían de presionar a Irán y otros países como éste para acabar, de una vez, con esta barbarie.

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