La mitad de los 350 diputados del Congreso faltó y no estaba en sus escaños del hemiciclo a las nueve de esta mañana, cuando arrancó la sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja, posiblemente como consecuencia de la ausencia del presidente del Gobierno, que está en Estados Unidos para participar en la Cumbre del G-20, y del líder del PP,
Mariano Rajoy, que, como no podía interpelar al jefe del Ejecutivo, tampoco se acercó al hemiciclo.
El Pleno dio comienzo con una novedad, ya que, en contra de lo habitual, la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, formuló una pregunta oral a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado.
La dirigente del PP debate cada semana con la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, pero como la 'número dos' del Ejecutivo aún no se ha incorporado a su actividad tras ser operada el pasado día 15 de una dolencia intestinal, esta mañana debatió con la responsable económica.
Sin embargo, el inusual rifirrafe entre Salgado y De la Vega no llamó especialmente la atención de los diputados, ya que tan sólo unos 170 parlamentarios se dieron el 'madrugón' para ser testigos del mismo.
Además de Zapatero y Rajoy, faltó la mitad de los diputados socialistas y 'populares'. Tampoco siguieron ese primer debate los portavoces de CiU, PNV, ERC, aunque a esa hora sí se vio a los dos diputados de Coalición Canaria, al de IU, Gaspar Llamazares, y al de UPN, Carlos Salvador. Eso que ninguno de estos dos últimos tenía pregunta en la sesión.
En el banco azul reservado al Ejecutivo ya estaban sentados a primera hora siete de los ocho ministros que iban a ser interrogados a lo largo de la mañana. Sólo faltaba la titular de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, y no se esperaba, como es habitual, a ninguno que no tuviera que dar explicaciones a la oposición.