No es la primera vez que, en la guerra afgana, se producen traiciones de quienes se sospechaban que eran colaboradores de los aliados occidentales, y que, en cambio, se revelaron del lado de los talibanes. Esto es lo que se repitió en el campamento español, donde el asesino de los dos guardias civiles y el traductor fallecidos este miércoles en Afganistán era el chófer del jefe de la policía nacional afgana, con quien solía entrar habitualmente en la base española. Defensa ha matizado que no era oficialmente el conductor de los agentes españoles, aunque el capitán en ocasiones se desplazaba con él en el vehículo del mando policial local.
Los restos mortales de los tres españoles llegaron a mediodía de este jueves a la base de Torrejón de Ardoz, donde los esperaba el presidente del Gobierno J
osé Luis Rodríguez Zapatero. Otra peculiaridad de este atentado: Las autoridades afganas informaron a las tropas españolas de que el atentado pretendía desencadenar la reacción que posteriormente hubo de la población, con la intención de que hubiera un enfrentamiento armado entre las fuerzas internacionales y los ciudadanos de la zona que abriera un periodo de odio y hostilidades.
El terrorista llevaba un fusil de asalto en el vehículo y nadie lo vio porque nadie registra el coche de un mando policial afgano. Tenía "unos 26 años", según fuentes de la oficina del gobernador de la provincia, Bagdhis, y su familia estaba vinculada a grupos talibanes. A las 6.20 del miércoles (hora española), abrió fuego en el patio de la base, donde nueve guardias civiles instruían a 47 aspirantes a policías afganos, y mató a dos guardias civiles españoles: el capitán
José María Galera Córdoba y el alférez
Abraham Leoncio Bravo Picallo, ambos de 33 años, y a su traductor,
Ataollah Taefik Alili, de 54. "Ha sido un atentado premeditado y terrorista. Quien disparó sabía bien lo que hacía", afirmó el ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue, además, un ataque suicida, porque el agresor sabía también que las fuerzas españolas le abatirían a tiros, como así hicieron.
Y luego, la otra circunstancia sorprendente: Casi inmediatamente después de producirse el atentado, una turba de gente intentó asaltar la base. Unas 200 personas se congregaron en sus inmediaciones al grito: "¡Los españoles están matando afganos!", según fuentes de Bagdhis. Reclamaban el cuerpo del terrorista fallecido y fueron dispersados por miembros de la policía y el ejército afganos. Los españoles no salieron de la base, pero policías afganos y agentes de la Guardia Civil les explicaron por megafonía que el conductor había sido abatido a tiros porque había matado a dos militares y un civil dentro de las instalaciones militares.
El intento de asalto a la antigua base española de Qala i Naw "estaba previamente diseñado" por los mismos terroristas que organizaron el atentado que acabó con la vida de los dos guardias civiles españoles y el intérprete hispano iraní en la capital de la provincia de Bagdhis. Así lo comunicó la ministra de Defensa,
Carme Chacón, al titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la reunión que ambos mantuvieron en Madrid para intercambiar datos sobre el incidente que puso en vilo la seguridad de las tropas españolas en la ciudad afgana. El gobernador de Badghis,
Delbar Jan Aman, informó puntualmente a la ministra de cómo se iban sucediendo los disturbios en Qala i Naw y quien, asimismo, le comunicó que el atentado y el intento de asalto estaban relacionados.
El propio
Jan Aman intervino anoche en la radio televisión pública de Badghis para
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condenar los ataques y salir en defensa de los militares españoles. Según él, detrás de los acontecimientos se ve la mano de unos "vendedores de la patria" y se mostró decepcionado porque "nunca" pensó que ciudadanos de su provincia "fueran a comportarse con tanta irracionalidad".En este sentido se preguntó: ¿cómo es posible que uno actúe de suicida y ataque contra las fuerzas españolas, que están trabajando día y noche para mejorar las condiciones de nuestra vida? Jan Aman anunció que el Gobierno regional ya ha abierto "una comisión investigadora de los acontecimientos y personas detenidas".
Rubalcaba y Chacón pusieron de manifiesto, por su parte, "la capacidad de actuación de los efectivos de seguridad" de la antigua base General Urrutia, que "inmediatamente abatieron al terrorista", indicaron desde Defensa. Además, consideraron que la actitud de las fuerzas españolas fue "la adecuada", ya que evitaron que "los terroristas consiguieran su objetivo de crear un conflicto entre la población de Qala i Naw y las tropas españolas". Según la ministra, el gobernador Jan Aman le comunicó que "los altercados no responden al sentir mayoritario de la población de la ciudad", que "aprecia el trabajo de los españoles". Y le transmitió sus condolencias a las familias de
José María Galera,
Abraham Leoncio y
Ataollah Taefi "porque murieron por los afganos".
Este atentado se produce en pleno debate sobre la permanencia de las tropas internacionales en Afganistán. La ISAF tiene previsto que la retirada se produzca a lo largo del próximo año. España mantiene ese mismo calendario y así lo ha confirmado Chacón en sus últimas comparecencias públicas. Algunos grupos parlamentarios han reclamado información y debate sobre la presencia de tropas españolas en Afganistán, recordando que la misión española lleva ya acumuladas la muerte de 95 españoles, incluida la tragedia del avión Yakolev en tiempos de
Aznar y
Trillo. Se ha sabido que el ministro del Interior estudia enviar a Irak a miembros de la Guardia Civil para formar a policías.
En una entrevista en la cadena Ser, apuntó que en ningún caso será una misión "operativa", sino destinada a dotar a las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas iraquíes de formación para "tomar las riendas del país". Rubalcaba añadió que antes irá al Congreso para pedir el permiso de los grupos para iniciar esa misión. Asimismo, comparecerá para explicar lo ocurrido este miércoles en Afganistán.* El capitán Galera y el alférez Bravo formaban parte del primer grupo de guardias civiles (18 en total) enviados a Qala-i-Naw para formar a los aspirantes a policías afganos. Llevaban cinco meses en Afganistán y estaban a punto de volver a casa, el 22 de septiembre era su fecha de regreso.
Rubalcaba aseguró que la misión de adiestramiento de la policía afgana es "imprescindible" y que el Gobierno va a seguir enviando instructores al país. Defensa también la considera "prioritaria". El pasado julio, la OTAN se fijó como objetivo formar un ejército afgano de 171.999 miembros y una policía de 134.000. Queda mucho para llegar a esa cifra; y mientras, la violencia talibán crece en el avispero afgano. La autoría de las tres muertes fue reivindicada en un comunicado por los talibán afganos, quienes en el pasado ya han recurrido a la infiltración en las filas gubernamentales para cometer atentados contra las tropas extranjeras o el Ejército regular.
Afganistán recorre los mismos pasos que Irak: Formación de sus propios soldados y restantes fuerzas del orden antes de proceder a la retirada de las tropas de la OTAN.
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