La misma idea del debate sólo para mujeres nació con polémica a cuenta del presunto sexismo que transmite. No pocas voces feministas han protestado por la imagen de ‘segundonas’ de las candidatas y las representantes de Ciudadanos y PP frente al debate ‘de verdad’, el del próximo lunes, protagonizado en estas segundas elecciones exclusivamente por hombres. En el que precedió al 20D sí hubo una mujer, Soraya Sáenz de Santamaría.
Un debate sobre el debate injusto con sus protagonistas, obligadas a aprovechar un formato inédito que quizá interese a los telespectadores a la fuga del reality que Telecinco ha reforzado precisamente esta misma noche -sin que realmente le haga falta- nada menos que con la hija de La Pantoja. Con unos resultados tan apretados en las encuestas, no se puede dejar pasar la oportunidad de arañar hasta el último voto..
Injusto con las dos más veteranas, Margarita Robles (57 años) y Carolina Bescansa, dos profesionales de prestigio cuyas carreras nunca han tenido que ver con su condición de mujer y está sobradamente acreditada su lucha por la igualdad.
E injusto con sus treintañeras adversarias, a las que tampoco su sexo les ha impedido o favorecido para ascender rápidamente peldaños en sus respectivos partidos, imponiéndose sobre muchos compañeros varones simplemente por hacerlo mejor y estar más preparadas que la mayoría. A sus 34 años, la ciudadana Arrimadas parece destinada a jugar un papel clave en la política catalana a corto plazo y, a sus 32, quizá también Levy a medio plazo.
Ninguna de las dos concurre a las urnas del 26J, como se quejan sus adversarias. Resulta llamativo que Ciudadanos no encuentre ninguna auténtica candidata para defender su programa, pero en el PP es una decisión consciente porque tiene para elegir, desde Soraya Sáenz de Santamaría a María Dolores de Cospedal entre varios nombres más. Se trataba de bajar el nivel, no de subir el listón y arriesgarse a salir trasquilados.
La lotería de los debates
Los debates son una lotería y te pueden salir mal aunque tengas las ‘tablas’ de Margarita Robles, crispada, tensa y con un perceptible cansancio que buscó el enfrentamiento con el tono de un juez que dicta sentencia. Una imagen negativa que Carolina Bescansa e Inés Arrimadas utilizaron en su favor, no pocas veces, simplemente callándose para contemplar como sus adversarias se despellejaban.
La candidata socialista parecía empeñada en responder a todo lo que sonara a ataque al PSOE. Cayó en la trampa. La pausa publicitaria calmó las aguas y los nervios de Robles, quizá ya demasiado tarde en ese momento del debate, pasada la medianoche y el pistoletazo de salida de la campaña electoral.
Era el momento de pedir el voto. Un minuto para lanzar sus respectivos mensajes electorales. Andrea Levy hizo un guiño hablando en catalán; Inés Arrimadas intentó transmitir credibilidad y Carolina Bescansa se dirigió directamente a las mujeres con toda la emotividad de que fue capaz. Margarita Robles, por su parte, nos informó que regresa a la política para salvarnos del desastre con su experiencia y su preparación. “Alguien como yo que está en la cumbre del poder judicial…” comenzó un discurso que parecía escrito por su peor enemigo.