El empleo requiere crecer

Javier Arenas dice que el PP es el partido del empleo y el PSOE, el partido del paro. Rubalcaba reacciona proponiendo un gran pacto por el empleo como una causa nacional. El PSOE se plantea obtener recursos de las grandes fortunas y de los bancos para crear trabajo y propone una política de empleo diferente para cada grupo social. PP y PSOE, quizá porque no está en su mano, sino en la de Alemania y la UE, non son capaces de fijar fundamentados objetivos de crecimiento de la economía, y sin crecimiento del PIB no puede hablarse en serio de crear empleo. La crisis en España no es solo financiera, sino también económica, al haberse derrumbado uno de sus pilares básicos, la construcción, que junto con el turismo había dado pie al llamado milagro español, cuando este país levantaba más viviendas que todo el resto de Europa junto y era el campeón continental en la creación de puestos de trabajo.

Los partidos simplifican tanto su lenguaje electoral que se olvidan de lo sustancial. Sucede a veces cuando hablan de los impuestos -dedican más tiempo a decirnos que harán con los pequeños  tributos que con los grandes: IVA e IRPF- y también pasa cuando hablan de empleo, palabra que puede ser más coloquial que PIB, pero que es solo una consecuencia de cómo se comporte la producción económica del país.

Al descubrir su programa electoral -educación, sanidad, dependencia y pensiones sin recortes, paridad en grandes empresas, subida de impuestos del tabaco y alcohol, desbloqueo en las listas, cierre de nucleares en 2028...-, Rubalcaba hizo un discurso de una hora que cerró la Conferencia Política del PSOE con lo que querían escuchar sus bases: que no se va a dejar ganar, y eso tiene su valor en clave interna, ya que los socialistas están hundidos en las encuestas y necesitan ilusión para su socialdemocracia en azul claro. Pero cuando habla de economía, Rubalcaba tiene poco margen de actuación, del mismo modo que Mariano Rajoy. Lo curioso del caso es que a ambos les cuesta reconocer que España es hoy una mera 'autonomía' de un gran Estado federal -la UE- que aún no existe como debe ser, si quiere mantener el euro. Y mientras tanto poco más queda que trabajar y administrar las habichuelas. España precisa reformas estructurales y, sobre todo, encontrar un nuevo modelo económico alternativo a la construcción. Creará empleo cuando lo consiga y también cuando su economía crezca impulsada por Alemania.