Un atestado policial realizado tras las detenciones del pasado sábado en Pozuelo de Alarcón relata cómo la Policía Nacional detuvo a ocho jóvenes en un callejón de la localidad tras observar cómo supuestamente arrojaban piedras y botellas. Según manifestaron los agentes en comisaría, persiguieron “sin perder de vista en ningún momento” al grupo de chavales, quienes se escondieron en un callejón sin salida donde fueron arrestados y conducidos a dependencias policiales. Mientras, en las calles aledañas diversos objetos volaban por doquier y los contendedores ardían a modo de improvisadas barricadas.
Pero la versión de estos jóvenes contradice ahora punto por punto a la de la Policía. Y es que en las declaraciones de los mismos, a las que ha tenido acceso este medio, se afirma en todos los casos que se encontraban en esa calle entre unos 20 y 40 minutos antes de la detención con el fin de protegerse de los disturbios. Y no se encontraban solos. Al parecer, estuvieron acompañados en todo momento de un grupo de seis chicas, todas de la misma pandilla y amigas de los detenidos, y de un ciudadano extranjero, los cuales no han sido mencionados en el atestado policial y quienes, también según el testimonio oficial de cada uno de los detenidos, fueron puestos en libertad, sin prestar declaración, mientras que ellos quedaron en comisaría, siendo puestos a disposición judicial y en la actualidad pendientes del curso de la instrucción del procedimiento.
Uno de ellos, de hecho, explica en su relato que estuvieron todos detenidos unas dos horas hasta que “
soltaron al inglés y a las chicas”, aunque desconoce, al igual que el resto de los imputados, el motivo de la puesta en libertad de las mujeres y la detención y puesta a disposición judicial de los varones.
Violencia a la carta
El uso indiscriminado de la violencia por parte de los agentes es otro punto polémico sobre el que se dan numerosos detalles en los documentos a los que ha tenido acceso
Diariocrítico, ya que en todas las declaraciones consultadas, los jóvenes describen diversos abusos.
Uno de los involucrados, que fue puesto en libertad con cargos a la mañana siguiente, relata en su declaración que “
estaban acurrucados detrás de un coche, vino la policía y nos puso contra la pared, con las manos en la nuca y de rodillas”. A la pregunta del mismo sobre el motivo de la detención, el agente que estaba más cerca le respondió “
si le había dicho que podía hablar” y acto seguido le dio en las costillas un golpe, aunque no vio con qué objeto.
Otro de los imputados, sin embargo, también se reafirma en haber recibido golpes por parte de la Policía, asegura que uno de los agentes se refirió a él como
“otro guarro aquí escondido” y que le dieron con la porra en la cabeza, mientras que un tercero señala en su declaración poseer un parte de lesiones por las patadas y golpes propinados por varios agentes cuando estaba en el suelo y un cuarto describe cómo fue golpeado con un escudo de protección reglamentario en las costillas, siendo posteriormente esposado junto con otros compañeros.
Todos los jóvenes del callejón aseguran en sus declaraciones no haber tomado parte en los disturbios y no haber opuesto resistencia a la detención policial.
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