Luis Rubiales ha realizado un duro discurso en la asamblea general extraordinaria de la RFEF (Federación Española de Fútbol) , apuntándose como víctima de un proceso de "cacería" y "acoso" y pidiendo de nuevo unas disculpas veladas.
Además, ha sorprendido echándose atrás y negando que fuera a dimitir, introducido una nueva línea en la teoría del beso a Jenni Hermoso, afirmando que fue "libre, consentido y espontáneo". "No voy a dimitir, no voy a dimitir", insistió entre aplausos de miembros fieles de su entorno.
Rubiales lanzó una serie de disculpas pero haciéndose la víctima. Empezó su discurso hablando del famoso gesto en el palco durante la final del Mundial femenino, cuando se agarró la entrepierna. Pidió disculpas por un "gesto poco edificante", disculpándose con la Casa Real, ya que ahí estaban presentes la reina Letizia y la infanta Sofía, pero tras sus "más sinceras disculpas", explicó el contexto del gesto: "Nunca me había comportado así, la emoción era grande y habíamos sufrido mucho... no me justifico, perdón...".
El beso a Jenni Hermoso
Pero la clave fueron sus explicaciones sobre el beso a Jenni Hermoso, que ha generado la oleada de críticas más fuerte. Rubiales aseguró que "fue más un pico que un beso" y que "quien vea el vídeo entenderá que ante millones de personas ante toda la gente que había ahí, entre ellas mi familia, el deseo que quería tener en ese beso era el mismo que el que quería tener besando a una de mis hijas, por tanto no hay deseo y no hay posición de dominio, aunque se esté vendiendo otra cosa".
Por eso, denunció que se rinda "pleitesía al falso feminismo", al que calificó de "gran lacra en este país". Y es que consideró que su beso a Hermoso fue "un gesto mutuo, espontáneo y consentido", y que "se está diciendo que fue sin consentimiento pero sí lo fue".
Explicó que tiene "una gran relación con las jugadoras" de la Selección femenina y en ese momento hizo una pausa al ver las lágrimas de una de sus hijas, presentes en el auditorio de la RFEF. "No llores, tienes que estar orgullosa de quién es tu padre", afirmó.
Su versión del polémico beso
A continuación, siguió describiendo lo ocurrido en Australia: "Jenni me levantó a mí del suelo, cogiéndome de la caderas, me levantó del suelo y al dejarme nos abrazamos y ella fue la que me subió y me acercó a su cuerpo. Nos abrazamos y le dije, 'olvídate del penalti' y 'has estado estupenda, sin ti no hubiéramos ganado el Mundial'. Me contestó 'eres un crack'. Entonces yo le pregunté... '¿un piquito?'... y ella dijo 'vale', y así acabó la secuencia".
Rubiales detalló que después llegaron "todas estas presiones", y pasó al ataque contra hermoso: "Se pasa al silencio de la jugadora y a un comunicado que la verdad yo no termino de entender", en referencia al que emitió la futbolista a través de su sindicato para anunciar medidas legales.
El presidente de la RFEF denunció entonces que "se ha ejecutado un asesinato social, se me está intentando de matar", y pidió reflexionar sobre lo ocurrido: "Tenemos que hacer una reflexión hacia dónde vamos como sociedad", asegurando que el gesto del besto fue fruto de la euforia y poniendo el ejemplo de quien gana la lotería que juega el mismo número que una mujer y se dan un pico para celebrarlo, "sin nada sexual".
Denuncia una "cacería"
Rubiales siguió su discurso explicando que "desde hace 5 años van a por mi con todo, por tierra, mar y aire, con decenas de denuncias. siempre son los mismos, él y sus títeres", en referencia a su gran rival, Javier Tebas, presidente de La Liga de clubes profesionales.
Mirando a sus 3 hijas, les espestó: "Tenéis que aprender una lección de vida sobre qué es la igualdad, y hay que diferenciar entre la verdad y la mentira, y yo estoy diciendo la verdad" Entonces, continuó: "El falso feminino no busca la justicia, no busca la verdad y no le importan las personas. Están preparando una ejecución para ponerse una medalla y decir que estamos avanzando. Quieren matar a un hombre, no les interesa las personas".
Fue entonces cuando además soltó otra bomba: "La señora [Yolanda] Díaz, la señora [Irene] Montero, la señora [Ione] Belarra, el señor [Pablo] Echenique... se han referido a esta acción [el beso] como violencia sexual, sin consentimiento, agresión... ¡por Dios! ¿qué pensarán las mujeres que han sido agredidas de verdad sexualmente?".
Por último, dijo esperar justicia: "A estas personas que han dicho esto de mí, que están tratando de asesinarme públicamente, les digo que me voy a defender, como cualquier español, en los juzgados. Voy a ejercer acciones contra estas personas".
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