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La cruda realidad de la Mujer trabajadora en el 8-M: las profesionales denuncian el campo de minas de su día a día

La cruda realidad de la Mujer trabajadora en el 8-M: las profesionales denuncian el campo de minas de su día a día

> Una política, una actriz, una editora, una jurista, varias periodistas... todas ellas describen un negro panorama

miércoles 08 de marzo de 2017, 08:59h

El error es confiarse. Creer que está ya casi todo hecho y que son casos puntuales. Lejos de caer en ese error, desde Diariocrítico hemos querido, en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora, escuchar de 11 mujeres, 11 profesionales que cada día apuestan por su profesión y luchan fuerte por hacerse un hueco en un mundo laboral dominado por hombres, hecho por y para ellos, los testimonios más crudos. Un análisis sobre qué falla en nuestro mundo laboral, cómo se podría mejorar y qué es lo peor que han experimentado.

Una política, una actriz y guionista, una editora, una asesora de comunicación, una jurista, una deportista de élite, empresarias, periodistas, una comunicadora especializada en periodismo deportivo... todas ellas nos describen un duro panorama para su promoción profesional en esta entrevista colectiva. Han tenido incluso que cambiar de trabajo, como nos cuentan en un caso concreto, por el acoso de sus jefes. Hombres, claro. Un terrible testimonio que nos sitúa en una situación más negra de lo que parece desde fuera, o cuando callamos sobre los problemas reales que afrontan cada día estas profesionales sólo por el hecho de ser mujer. Es también su fuerza: así luchan cada jornada por nadar en un turbulento mar masculino.

¿Habéis sufrido algún tipo de acoso laboral de mayor o menor grado en tus trabajos?

Elena Sánchez Galindo (periodista y comunicadora online)Elena Sánchez Galindo (redactora y comunicadora): En una de las empresas en las que estuve, si eras mujer, sólo tenías dos opciones, o quedarte de cañas con los jefes hombres y caerles en gracia o ser apartada. Y las insinuaciones... existieron, sí. Incluso llegó un momento en el que tuve que dejar la empresa por este motivo.

Ana Rosa Quintana (política de UPyD): Sí, sufrí acoso laboral en mi último trabajo, cuando regresé de mi baja maternal. Después de ser despedida por quedarme embarazada, obligándoles a que me readmitiesen por ganar un juicio por despido nulo e improcedente. Una de las cosas más duras del acoso fue que venía desde mi superior siendo ésta una mujer.

Raquel Rubio (periodista): Sí, un par de veces he tenido que pararle los pies a un superior...

Gema Lendoiro (editora): Tanto como acoso, no, nunca. Lo que sí creo haber sufrido es discriminación. Opté a un puesto de directora de comunicación para toda América con sede en Nueva York y finalmente se llevó el puesto un hombre que no hablaba bien inglés, de hecho se le tuvo que contratar una secretaria bilingüe para apoyarle.

Noelia Jiménez (asesora de comunicación y periodista): Recuerdo que la primera vez que llevé la comunicación de una empresa muchos hombres se referían a mí como "la secretaria" del empresario; y, con todos mis respetos para las secretarias, mi cargo era superior.

Eva Cifuentes (periodista): Acoso laboral como tal no, no recuerdo ninguna situación de ese tipo. Sí que algún comentario un poco fuera de tono o que choca... pero nada más.

Maribel de Jesús (periodista deportiva): Si, algún jefe se ha intentado aprovechar de su posición.


¿Habéis notado en algún momento el famoso 'techo de cristal' en tu profesión?

Noelia Jiménez: Cada día. ¿Cuántas mujeres dirigen periódicos en España? Pues eso.

Ángela Julve (periodista y jurista): Yo sí, sobre todo lo he notado en el ámbito jurídico. Sólo hay que observar quiénes componen los más importantes órganos de justicia de nuestro país (CGPJ, TS, TC, etc.) para darse cuenta de que son en su mayoría hombres. También ocurre en el periodismo: en los medios los altos cargos están ocupados, en su mayor parte, por hombres. Con esto no quiero decir que los hombres no puedan, o no deban acceder a este tipo de cargos, para nada... sino que es muy común que a las mujeres no se les de la opción, ni si quiera, de optar a ellos.

Inma Olmos (actriz y guionista)Inma Olmos (actriz y guionista): Sí, pero mi actitud ha hecho que salga airosa. Estaba rodando un largo que estaba codirigiendo con mi pareja artística, eran nuestros comienzos y nadie cobraba, era como una practica. El director de fotografía no mostraba respeto por el hecho de ser mujeres, pero lo barrimos rápidamente y quedó bastante descolocado.

Rocío Martín (experta en comunicación): No sé si techo de cristal, lo que sí he notado es que indirectamente y sin que todos seamos muy conscientes del por qué, a la hora del ascenso y su combinación con los niños es más difícil para la mujer.

Gema Lendoiro: Hace falta estar ciego para no ver que eso existe. En el periodismo ¿cuántas mujeres están en puestos directivos? Y en la edición, aunque hay muchas directoras editoriales, de marketing y de comunicación, quienes verdaderamente mandan en los grandes grupos son los hombres. Esto es así.

Raquel Rubio: En el mundo del periodismo hay demasiada competitividad, creo que es indiferente ser hombre o mujer.

Eva Cifuentes: Tras estar un tiempo de becarios, por lo menos en mi entorno, he visto cómo la mayoría de los que lograban quedarse en la empresa con un puesto 'decente' eran más hombres que mujeres. No todos obviamente, pero si una amplia mayoría. Pensar en ello inquieta un poco...

Maribel de Jesús (periodista deportiva)Maribel de Jesús: Sí, sólo por ser mujer dan por hecho que tengo que saber menos de fútbol que un hombre. Por ejemplo, es muy difícil ver a una mujer de comentarista de un partido de futbol. En las tertulias, la mujer siempre es minoría.

Elena Sánchez Galindo: Es algo habitual, pero no creo que sea algo exclusivo de las mujeres. Es más un tema de las empresas, que en muchas ocasiones no dejan "crecer" a sus empleados.

Ana Rosa Quintana: Sí, por supuesto, pero más por ser madre que mujer.


¿En alguna entrevista de trabajo habéis recibido algún tipo de situaciones injustas por el hecho de ser una mujer? ¿Os han hecho preguntas incómodas o fuera de lugar, por el estado civil, si estáis embarazadas o si íbais a querer estarlo en el futuro...?

María José Martínez Maroto (deportista Iron Man)María José Martínez Maroto (deportista de elite y empresaria): En mis inicios de búsqueda de empleo sí que me han hecho preguntas como ¿estás casada? ¿Tienes intención de casarte? ¿Vas a tener hijos? ¿Cuántos hijos quieres tener?... y demás preguntas similares.

Elena Sánchez Galindo: En todas las entrevistas me han preguntado si quiero tener hijos, si tengo pareja estable, si pienso hacerlo en breve, sobre todo cuando pasas de los 30.

Rocío Martín: Sí, una vez. ¿Qué le aporta saber a una empresa si dentro de 10 años voy a ser madre? En el momento de la entrevista hay tantos aspectos mucho más interesantes que preguntar como para perder el tiempo en esta parte. Creo que no suma.

Ángela Julve: El estado civil siempre lo preguntan. En casi todas las entrevistas a las que me he enfrentado durante mi carrera ha salido esta cuestión.

Raquel Rubio: En alguna reunión sólo con hombres he tenido que soportar chistes fáciles. Preguntas fuera de lugar... no, nunca.

Eva Cifuentes (periodista)Eva Cifuentes: En las entrevistas de trabajo me ha pasado un poco de todo. De las que recuerdo con más perplejidad fue una para un puesto de dependienta en la que me dijeron "doy por hecho que al ser buena chica sabrás limpiar y bien". ¡Lo peor es que la entrevistadora era una mujer! También me he topado con el clásico de la maternidad, aunque en mi caso "por ser demasiado joven" no se trendrían "que preocupar de momento". No me gustan los niños y no me planteo tenerlos, y es la respuesta que veo que les suele gustar... sus caras y sonrisitas les delatan.

Ana Rosa Quintana: Sólo en una ocasión me preguntaron por mi estado civil, ya hace muchos años. Creo que ahora no lo preguntan no porque no quieran saberlo sino porque da mala sensación al entrevistado y tienes otros métodos de llegar a esta información, como las redes sociales, donde ahora se puede saber casi todo de casi todo el mundo.

Maribel de Jesús: El estado civil si me lo han preguntado.


¿Creeis que la sociedad tiene herramientas para ayudar y apoyar a la mujer cuando sufre algún caso de los descritos?

Ana Rosa Quintana (política de UPyD)Ana Rosa Quintana: El papel del trabajador es claramente débil y especialmente el de la mujer. El miedo a un despido, a acoso es el alimento para que esta situación de desigualdad se mantenga a pesar del supuesto desarrollo social que conlleva nuestro siglo. Ante esto, las pocas herramientas existentes no son de utilidad, porque en general conllevan una denuncia que normalmente no llega...

Inma Olmos: Creo que la clave está en que cada cual tenga herramientas, sinceramente. Creo que cada cual crea su realidad, yo soy mujer y siempre he hecho lo que he querido porque realmente he creído que lo podía hacer.

Gema Lendoiro: En teoría sí, en la práctica no tanto. En muchos sectores, en la prensa y edición también, se sigue teniendo miedo. No existe una libertad para denunciar. Y si lo haces siempre habrá quién te recuerde que no te metas en líos, que nadie quiere personas conflictivas en su trabajo. Por lo tanto las herramientas no son efectivas puesto que no funcionan.

María José Martínez Maroto: Hemos tenido una evolución positiva en este sentido, si bien es cierto aún falta por evolucionar. Hoy en día, gracias a los avances informáticos y a las nuevas tecnologías, no es necesario estar físicamente presente en la oficina para el desempeño de muchos trabajos, ya que con el teletrabajo las personas responsables atienden a sus hitos y responden a sus compromisos laborales atendiendo así los compromisos laborales, muy buena opción para mujeres embarazadas, para mujeres con bebés , y otros casos, ya que facilita la conciliación laboral y personal.

Ángela Julve (periodista y jurista)Ángela Julve: Rotundamente, no... los abusos de poder siempre han existido y existirán. Si una mujer denuncia una situación de este tipo puede verse condenada a no volver a trabajar en su profesión, por lo que el denunciado pueda haber contado sobre ella. Además, se trata de situaciones muy difíciles de demostrar, por la habitual intimidad en que suelen producirse, por lo que la mujer no dispone de ayuda ninguna para salir de algo así, pese a tener necesidad de hacerlo.

Raquel Rubio: Más que herramientas, pienso que lo que nos falta a las mujeres es valor para denunciar determinadas situaciones, ya sea por miedo a represalias como, por ejemplo, perder nuestro trabajo.

Elena Sánchez Galindo: Creo sinceramente que no. La sociedad en la que vivimos aún sigue muy anclada en el pensamiento de que hay muchas mujeres que se lo inventan o exageran. Empezando muchas veces por la propias mujeres, que en ocasiones, son más machistas que los hombres.

Eva Cifuentes: Visto lo visto son insuficientes y además en muchas ocasiones no se nos anima a utilizarlas. Aunque más que herramientas creo que lo que falla es la mentalidad, todavía existen muchas dudas sobre lo que calificar de acoso, atropello, abuso... Gracias al feminismo y a los múltiples espacios de debate que existen hoy en día se empieza a tomar más conciencia.

Maribel de Jesús: No, a la sociedad no le interesa que la mujer luche por sus derechos.

Rocío Martín (comunicadora)Rocío Martín: Independientemente de los procedimientos que se establezcan, yo creo que es más importante la conciencia del problema. Si pensamos en una conciencia individual del problema y somos capaces de detectar micromachismos para corregirlos estaremos contribuyendo a la conciencia global de igualdad.

Noelia Jiménez: Sobre el papel, sí; pero la realidad es muy distinta: ¿cómo denuncias trato desigual en tu medio de comunicación cuando tu sueldo depende, en buena medida, de no resultar molesta? Si molestas, "hay cientos de currículos en la pila". Literal.


¿Qué pensáis que es lo que más falla en que haya una situación de igualdad laboral entre hombres y mujeres? ¿La educación, las leyes, las costumbres...?

Ángela Julve: En mi opinión, el problema esencial se encuentra, sin duda, en la educación. El problema del machismo ha de atajarse desde las aulas y la educación familiar. Si hacemos entender a los más pequeños que un proyecto, o situación, puede ser liderado tanto por mujeres como por hombres, representando situaciones reales, esto hará que se convierta en la normalidad del futuro.

Noelia Jiménez (asesora de comunicación, periodista y empresaria emprendedora)Noelia Jiménez: Todo. Sin una educación en igualdad, los gobernantes del futuro no podrán hacer leyes igualitarias y las costumbres seguirán siendo machistas. Quizá por ello la educación sea la base y ahora mismo haya que regularla (al menos en la educación reglada) con leyes.

Inma Olmos: Es un tema de creencias, cambia la creencia y cambiará todo.

Elena Sánchez Galindo: La educación es el fallo principal. Además, las leyes están obsoletas y aún no contempla algo básico, que es la posibilidad de compatibilizar la vida laboral con la familiar, y la igualdad de salario.

Gema Lendoiro: Para mí la respuesta es más que obvia. Olvidamos que hay un hecho biológico innegable que es la maternidad. Una mujer que tiene un hijo está de baja una temporada y el empresario, no siempre boyante, asume ese coste. Imagina una empresa con 5 empleadas y que en el mismo año se embarazan las 5.

Maribel de Jesús: Las costumbres lo primero. Vivimos en una sociedad que está acostumbrada a que la mujer se quede en casa limpiando y cuidando de los hijos. La educación obviamente falla. En mi casa, por ejemplo, de pequeña siempre me mandaba mi padre a mí en lugar de a mi hermano a traerle las cosas, como el mando de la televisión o cualquier cubierto. Por último, las leyes no favorecen en nada a las mujeres. Si una mujer quiere tener un hijo estando trabajando, es un problema. Queda todavía mucho que cambiar.

Raquel Rubio (periodista)Raquel Rubio: Sin duda las costumbres que se han hecho leyes. Parece que los puestos directivos solamente recaen en los hombres, algo que me parece totalmente absurdo aunque pienso que el verdadero cambio está en nosotras, somos quiénes debemos plantarnos y dar un paso hacia delante.

Rocío Martín: A mí quizá se me ha unido el hecho de ser joven con el de ser mujer y, además, no querer asumir "roles masculinos". Soy mujer y quiero establecer el liderazgo desde esta vertiente, no soy débil por mostrar mis emociones y es un chip que creo que la sociedad aún tiene que cambiar. Considero que la desigualdad se combate con igualdad en todos los aspectos (tanto en la ley como en la educación y en cada pequeño aspecto de la vida), cuando veamos personas con habilidades y capacidades diferentes en vez de hombres y mujeres estaremos más cerca de la igualdad real.

Eva Cifuentes: Sin duda la educación. Pasamos muchos años en el colegio y además de enseñarnos las materias correspondientes creo que debería haber un espacio importante para tratar la igualdad.

María José Martínez Maroto: Falla un poco de todo, aún hay personas con costumbres arraigadas y que ni quieren ni pueden cambiar para evolucionar y para aceptar a la mujer en ciertos puestos. La educación también deja su huella, ya que en algunos casos estos patrones de no aceptación de la mujer pasan de generación en generación por la educación que se recibe en los hogares y/o en ciertos entornos , clusters, clubs, lobbies , etc.. Y las leyes también influyen en este sentido. Hay ciertos trabajos con unos salarios mínimos. En cuanto a la ley, también incide a pesar de que la brecha salarial cada vez es menor. Todavía no existe equidad en los salarios.

Ana Rosa Quintana: En primer lugar, la educación desde que somos niños y vemos diferencias entre hermanos de distinto sexo. Por supuesto, hay que sumarle que nuestro gobernantes no son conscientes de la necesidad de una verdadera política de conciliación e igualdad, donde se aporten recursos racionalmente. Yo no quiero un cheque, quiero escuelas infantiles públicas, donde se cree empleo y evite que tenga que afrontar mensualmente durante 3 años, 320 euros al mes. Quiero horarios flexibles que me permitan pasar tiempo con mi hija y realizar mi trabajo, sin tener que pasarme más horas de las que me corresponden por contrato, por el hecho que esta mal visto no regalar tiempo a la empresa donde se trabaja. Quiero que se ofrezcan actividades extra escolares gratuitas para que no tenga que contratar un cuidador fuera del horario educativo hasta que yo regrese del trabajo.

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