La inflación de la zona euro bajó más de lo esperado por tercer mes consecutivo en noviembre, desafiando la narrativa del Banco Central Europeo de que el crecimiento de los precios es obstinado y reforzando las expectativas sobre una posible bajada de tipos en primavera.
El crecimiento de los precios al consumidor en los 20 países que comparten el euro cayó en términos interanuales al 2,4% desde 2,9%, muy por debajo de las expectativas de 2,7%, arrastrado a la baja por casi todos los bienes, aunque con la excepción de los precios de los alimentos no procesados. Incluso la inflación subyacente, en la que se excluyen los alimentos y energía, también cayó más de lo previsto situándose en noviembre en el 3,6% desde el 4,2% de octubre.
El BCE sostiene que la dinámica subyacente es más obstinada de lo que parece y que la inflación en realidad volverá a superar el 3% el próximo año y solo alcanzará el objetivo del 2% a finales de 2025, en parte debido al rápido crecimiento de los salarios nominales.
El gobernador del Banco de Italia no rechazó explícitamente las orientaciones del BCE, pero advirtió sobre los peligros de mantener altos los tipos de interés durante demasiado tiempo. Los mercados muestran cada vez más una mayor discrepancia con la postura con la defendida por el BCE de mantener los tipos altos durante algún tiempo. Una razón clave de la discrepancia es que las propias proyecciones del BCE tienen un historial pobre y se ha visto obligado varias veces en los últimos años a abandonar su orientación después de haber rechazado las expectativas del mercado.
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