La negativa de Hungría y Polonia a última hora de aprobar los presupuestos de la Unión Europea, ponía en peligro el fondo de recuperación, un estímulo muy importante para la UE ya que las ayudas por la crisis del coronavirus dependen de ello.
Los dos países frenaron en seco y cambiaron de postura porque no estaban de acuerdo en que se pudiesen suprimir los fondos en aquellos países que no garanticen el Estado de Derecho, un apartado que los mandatarios de dichos países criticaban porque reprochaban a la UE que solo considera estados de derecho a "aquellos que dejan entrar inmigrantes".
Acuerdo prácticamente cerrado
La inmigración es el foco principal del desencuentro con Bruselas, pero según adelanta 'El País', las negociaciones a contrarreloj entre Berlín, Polonia y Hungría parecen haber llegado a buen puerto y el acuerdo está prácticamente hecho tras el ultimátum de Bruselas.
La intención de abortar el reglamento de los presupuestos ha fracasado, pero Alemania, que ostenta la presidencia semestral de la UE, ha negociado en las últimas semanas con ambos países y según se ha podido conocer, ha ofrecido una alternativa a Polonia y Hungría para que retiren el veto. La opción pasa por una declaración que reafirme la aplicación del reglamento de manera ecuánime a todos los Estados miembros, así se recoge en 'El País'.
Los Gobiernos polaco y húngaro han manifestado en las últimas horas su voluntad de acuerdo y todo parece indicar que las negociaciones están selladas, pero por el momento no hay un acuerdo oficial y los términos de esta declaración podrían acarrear críticas de otros países si no se garantiza el cumplimiento del reglamento. Por el momento reina un optimismo cauto a la espera de que se confirme la eliminación oficial del veto de los dos países antes de la cumbre europea que tendrá lugar el jueves.
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