Como adelantó el asesor de Vladimir Putin, el mandatario ruso se reunirá con Donald Trump cara a cara. Ha sido el propio Trump quien ha corroborado la fecha: el próximo 15 de agosto.
En una publicación en redes sociales, el mandatario estadounidense ha confirmado la fecha y el lugar. La "tan esperada reunión" entre ambos será en Alaska, ha adelantado. Un terreno que une la historia de ambos países, pues fue cedido por Rusia en el siglo XIX.
Ambos líderes han hablado por teléfono en varias ocasiones estos meses, pero no se ven presencialmente desde 2019 en Japón.
Como ya adelantó el presidente Trump, en la cita se abordará una solución a la guerra de Ucrania, que lleva más de 3 años activa.
Concesiones territoriales
Trump ha anticipado que "habrá un intercambio de territorios" que, según su criterio, "beneficiará a ambos países", aunque de momento Kiev no ve con buenos ojos ninguna cesión.
La pretensión de Rusia es que Ucrania ceda 4 regiones que están parcialmente ocupadas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de Crimea, que Rusia se autoanexionó en 2014.
También demanda que Ucrania nunca se adhiera a la OTAN y que se corte el suministro de armas occidentales. Demandas que, a día de hoy, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, no ha aceptado.
En la visita del enviado especial de Trump a Moscú, que orquestó la reunión entre ambos líderes, planteó también una reunión a 3 con Zelensky, aunque de momento parece que no va a producirse. Trump ha admitido que no va a pedir a Putin que se reúna con él, por lo que está por determinar su papel en estas negociaciones.
Zelensky reclama la participación de Ucrania en las conversaciones
Las demandas ucranianas pasan por la retirada de todos los soldados rusos, no ceder ni un ápice de territorio, garantías de seguridad así como el flujo de armas europeas y la presencia de alguna fuerza europea, un punto que Putin rechaza totalmente.
Para Trump la reunión es una "oportunidad" de poner fin a la guerra, pero de momento las negociaciones siguen encalladas y ni Rusia ni Ucrania han llegado a entendimientos más allá del intercambio de prisioneros del pasado mes de julio.
El mandatario ucraniano ha respondido a la cita entre Putin y Trump reclamando un sitio en la silla para Ucrania y criticando que la reunión tenga lugar lejos de donde está produciéndose la guerra.
Ha asegurado que el país está preparado "para tomar decisiones reales que traigan la paz", pero ha adelantado que "cualquier decisión sin Ucrania" es "contra la paz".
"La respuesta a la cuestión territorial ucraniana ya está en la Constitución de Ucrania. Nadie se apartará de ella, ni podrá hacerlo. Los ucranianos no cederán sus tierras al ocupante", ha enfatizado, en respuesta a las "concesiones" anunciadas por Trump.
Pero ha insistido en que están dispuestos a "colaborar" con Trump para llegar a la paz, "una paz que no se derrumbe por los deseos de Moscú".