La estabilidad del cementerio

La banca europea está viviendo momentos difíciles. Ayer el índice bancario del Euro Stoxx caía a mínimos de cerca de cuatro años ante el temor a que una eventual salida del Reino Unido de la UE empeore sus ya débiles perspectivas. El “Brexit” está alimentando la incertidumbre y tendrá un efecto dominó en Europa. Y es que la incertidumbre tiene que ver con el futuro del Reino Unido en Europa, pero también con el propio futuro de Europa. Los problemas que afrontan los bancos europeos, van más allá del “Brexit”. Pese a los esfuerzos del BCE imponiendo un tipo negativo de depósito para fomentar que los bancos presten dinero, sigue resultando muy difícil activar el crédito en la zona euro porque la confianza continúa en niveles bajos y la morosidad relacionada con préstamos del pasado aún es alta. A principios de esta semana, un miembro del Comité Ejecutivo del BCE, resumía los problemas del sector después de la crisis financiera: “Todos queremos estabilidad, pero no hay que desear la estabilidad del cementerio”. Otro problema para los bancos europeos viene directamente del BCE, en concreto, de su política de tipos negativos para los depósitos. Esta semana, ejecutivos de grandes compañías de seguros, entre ellas Allianz, Ergo y Axa, decían estar vendiendo protección a los bancos alemanes que guardan miles de millones de euros en bóvedas acorazadas para evitar pagar la penalización por depositar dinero en el BCE. Según estos ejecutivos, para grandes cantidades, estos seguros pueden costar la mitad de lo que cuesta dejar el dinero en la ventanilla del BCE.