Los “Puertas”
lunes 17 de noviembre de 2008, 20:28h
Es triste gracia salir a divertirse y acabar muerto. Ahora ya da igual si había licencia, si la Policía Municipal hizo bien su trabajo, si la Junta Municipal de Moncloa no recibió la información o si se tardó un mes y dos días en ejecutar un cierre. Claro que habrá que esclarecer que es lo que ha pasado en la parte administrativa de esta tragedia, pero lo más duro es saber que si esto no hubiera pasado en El Balcón de Rosales, habría pasado en otro sitio.
Para ser portero de discoteca, en Madrid, no se pide nada: uno puede tener la misma formación que una piedra de río y sin embargo tener en su mano el poder de arruinar la noche (o la vida) de todos los que por su puerta pasan. Cuando uno es un cafre, ni tres carreras universitarias ni un Master harán que deje de ser un cafre. Igual otra solución es viajar, pero Atila viajó mucho y eso no le hizo más sensible. Asi que cuando uno es violento, por mucho que se ponga a leer o a viajar, seguirá siendo violento.
Dicho esto: está claro que algo hay que hacer con “los puertas”, los porteros de discoteca en argot juvenil. No son agentes de seguridad, pero sí que trabajan en seguridad: así que no me vale que las autoridades se pongan de perfil. Si no pueden gestionar los accesos, si no están capacitados para trabajar en situaciones de tensión, que les formen o que les cambien. Pero así, como en Rosales, no.
A veces uno tiene la sensación de que estos “puertas” tienen músculos que uno no encontrará en su vida: obviamente tener músculo no es nunca delito. Pero ser un asesino, sí.