Aguirre, medidas para una crisis
viernes 21 de noviembre de 2008, 11:24h
Entre las medidas para combatir la crisis puestas en marcha por Esperanza Aguirre, no está el cambiar su coche oficial por otro del altísima gama de seguridad, ni encargar a Barceló que pinte de gotelet estucado la cúpula de la ermita gemela de San Antonio de la Florida, la otra, la que pintó Goya, mejor dejarla para que un genio no le pise la obra a otro; ni se le ha ocurrido redecorar la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, ni subir los impuestos, ni pagar las hipotecas de los insolventes, no. Para paliar los efectos de la crisis económica en los presupuestos familiares, a Esperanza Aguirre se le han ocurrido una serie de mejoras o rebajas fiscales, que es lo que hay que hacer cuando la crisis aprieta las economías más débiles y es menester frenar el impacto y al mismo tiempo incentivar la creación de empleo.
Cuando las administraciones públicas se enfrentan a una situación de precariedad presupuestaria, meten la tijera en los gastos corrientes, pero débilmente, tímidamente, sin hacer demasiado daño, recortando las durezas que no sangran, pero sin llegar al núcleo del mal. Suelen ser cuidadosas y respetuosas a la hora de eliminar cargos de confianza y mucho más cuando se trata de meter las tijeras en los sueldos de los mismos y en los suyos propios, quiero decir, en los de los cargos políticos. Eso sí, para hacer frente a la mengua en los ingresos corrientes, siempre se recurre a algo tan “ingenioso” como la subida de los impuestos, de tal manera que los contribuyentes, ya acosados por la crisis, se ven asediados por el crecimiento de la presión fiscal, es decir, que por un lado les aprietan y por el otro les asfixian.
Poner imaginación a esto de la función pública, de la administración de las instituciones, no es fácil, pero sobre todo no es corriente, por eso, medidas como las anunciadas ayer por Esperanza Aguirre de rebaja o recortes fiscales que benefician a buena parte de la población, son recibidas casi con júbilo frente a las carencias de otras administraciones que en estas circunstancias siguen dando más de lo mismo, es decir, más agobios a los contribuyentes.