La propuesta del Ayuntamiento de Madrid sobre el ruido que deberán soportar distintas zonas de la ciudad según su uso principal salió este jueves a información pública. Establece, por ejemplo, que una zona industrial puede soportar un mayor número de decibelios que una residencial y otorga una mayor protección para áreas dedicadas con centros de salud y educativos. Sin embargo, la gran mayoría de las escuelas, institutos, centros de atención primaria y hospitales han quedado fuera del nivel de protección recomendado para este tipo de dotaciones por no tener la suficiente extensión o no estar cocentrados en un lugar.
Al no ser considerados como zonas sensibles, será difícil que estos centros tengan un tratamiento especial dentro del plan contra el ruido que ha anunciado el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Tan solo se verán beneficiados de las medidas anunciadas (pantallas acústicas, asfalto poroso, reducción de la velocidad de los vehículos o ayudas para el aislamiento de los centros) si se actúa de modo global en la zona residencial en la que se encuentra.
El director general de Calidad, Control y Evaluacion ambiental, Manuel Tuero, explicó a Madridiario, que el Ayuntamiento, en cumplimiento de las normativas europea y española, debe declarar áreas de ciertas extensión. Tuero indicó que en la propuesta del Consistorio se tienen en cuenta lugares como Ciudad Universitaria o el entorno del Hospital Clínico, pero no otros hospitales, centros de salud o colegios.
Hay algunos centros dotacionales en la capital que no soportan más de los 60 decibelios recomendados por el día y los 50 de noche, pero los usuarios de hasta 230 instituciones educativas y 70 sanitarias sufren niveles superiores, según se refleja en el Mapa Estratégico del Ruido de la ciudad. El objetivo de esta cartografía y la declaración de las zonas es conseguir una ciudad más silenciosa que proporcione mayor calidad de vida a sus ciudadanos, sin embargo la legislacion dejará muchos centros sensibles fuera su ámbito de actuación.
Tuero recuerda que ya existe legislación que protege estos lugares y que establece que en el interior de centros de salud y educativos no deben superarse los 30 decibelios. Sin embargo, solo es de aplicación obligatoria en construcciones futuras, pero no en las antiguas, en las que reducir la contaminación acústica producida por el tráfico solo es una recomendación.