Encuestas de opinión difundidas semanas atrás revelan que ha aumentado la preocupación ciudadana por el desempleo y subempleo: en Quito, por ejemplo, empiezan a mencionarse como problemas de más preocupación junto a la inseguridad Aunque el Inec no ha proporcionado los datos de desempleo y subempleo desde diciembre del año pasado, cuando el primero cerró en el 7,3% y el segundo, en el 48,8%, empiezan a reconocer las autoridades el incremento de esas cifras. Así el Informe de Coyuntura del Ministerio de Finanzas registró un aumento de desempleo de dos puntos porcentuales al concluir enero.
Al término del primer trimestre, el Inec ha ofrecido proporcionar los datos de enero a marzo. Y no ha explicado de forma convincente el porqué dejó de difundir la información mensual.
El Ecuador no será una excepción de la contracción del empleo prevista por la Organización Internacional de Trabajo en América Latina como una de las graves secuelas de la crisis económica. Tanto más cuanto el impacto es mayor en la economía local porque a la reducción del precio del crudo, la caída de las remesas, la disminución de las exportaciones, se juntan la expansiva política gubernamental de gasto público, que se aceleró con la decisión de desmontar los fondos de ahorro petrolero, y el manejo político de la deuda externa, con el cual se dificultaron las posibilidades de acceso al crédito para el país.
Son previsibles los incrementos del desempleo y subempleo si se han reducido las expectativas de crecimiento de la economía para 2009, y esta contará con alrededor de 00 millones menos que en el año precedente.
La contracción del mercado laboral se percibe, pues, con mayor intensidad.
La necesidad de preservar las plazas de trabajo y evitar el aumento del desempleo y subempleo exigen acuerdos y un esfuerzo coordinado entre el Gobierno, los empresarios y trabajadores.