Bueno, pues, a pesar del chiste, resulta que el búlgaro es un idioma, aunque es dificil conocerlo, pues se escribe en cirílico, inventado por los “Santos” Cirilo (827-869) y Metodio (815-885), misioneros del cristianismo, primero en Crimea y luego en la Gran -Moravia. Al principio le llamaron glagolítico, derivado del griego, el copto y el hebreo, y como los búlgaros (eslavos del sur) querían diferenciarse de los bizantinos (antiguo imperio romano de oriente) con los que se pasaron la vida peleando por ocupar las tierras que hoy son Bulgaria, profesaban la religión ortodoxa que les considera como isoapóstoles, canonizándoles la Iglesia Católica en 1888. Según los Búlgaros, estos dotaron a Rusia del mismo alfabeto, y la razón era no ser ni católicos ni ortodoxos bizantinos, con lo que han armado un lío de cuidado, pues no hay quien sea capaz de leerlo, sin un largo y profundo aprendizaje.
Un grupo del Club Rotario Madrid Ptª de Hierro del que soy hasta dia 1 de julio presidente hemos ido a Bulgaria, pues no había avión directo a Croacia, que era nuestro objetivo, y la verdad es que de mis andanzas por esas tierras entre 1967 y 1972, había conocido en profundidad la Yugoslavia de Tito, la Rumanía de Ceaucescu, Hungría, la República Democrática Alemana, y lo más cerca que había estado de Bulgaria era en Edirne (Turquía), en la frontera, antigua capital del imperio otomano, antes de la toma de Constantinopla. En Edirne, hay dos mezquitas del gran arquitecto Sinan, y un mercado, pero la antigua Adrianópolis está reducida hoy a una casi aldea de provincias, sobre la que campean orgullosos sus maravillosas mezquitas (Sinan construyo también sobre el modelo de Santa Sofía, la Mezquita azul y la de Suleymaniye, en Estambul).
Sorpresa, pues, “morrocotuda” al aterrizar en Sofía, pues aunque soy vecino de oficina, en Reina Victoria nº 72, frente a la casa de Simeón de Bulgaria,sin haberle visto nunca a pesar de la cercanía, nunca imaginé un país más verde y con más bosques, y con ciudades cuajadas de árboles centenarios, no como aquí, en España, donde los arboricidas proliferan, y con un pretexto o con otro, acaban con ellos en cuanto tienen más de 50 años. En las Remodelaciones de Gallardón en Madrid, o de Álvarez del Manzano, o de cualquier alcalde que se precie. Plantar, eso sí, muchos arbolitos, pero antes, abajo con los añosos, maravillosos ejemplares que allí he visto y que aquí han desaparecido.
Cierto que son los Balcanes y que el país, en lo que concierne a su paralelo está más o menos a la altura de la Costa Azul hasta la mitad de Francia. Luego, llueve más y su agricultura mucho más rica que la española en frutales y hortalizas, nos va a dar la paliza en los mercados europeos (Bulgaria es de la Union Europea desde el 1 de enero de 2007).
De todas formas, donde nos las van a dar todas en el mismo “bebes” es en TURISMO, sobre todo teniendo en cuenta lo que aquí está pasando.
Según Jaume Arias- (La Vanguardia 27-06-09):
“El gran turismo europeo pasa por momentos de prueba. Llegado el verano, los indicios y previsiones para el balance del crítico 2009 no parecen mejorar los resultados del primer tercio transcurrido. Las clientelas tradicionales viajan menos y con ajustados presupuestos que agencias y empresas receptoras procuran cuadrar con tarifas adaptadas a las circunstancias. España no es una excepción y cuenta, igual que otras potencias, con un nivelador turismo interior. Para buena parte de la industria, se trata de una vuelta a precariedades que se daban por superadas para siempre”.
Ya , la recesión ha provocado una caída del 12% en la llegada de turistas a España, según Fuentes de enero a mayo 2009, cosa que ya ocurrió también, aunque menos, en 2008. Además de acortarse las estancias, como Catalunya y Baleares (la que menos perdió, con unos 8’5), como destinos turísticos. Pero, ¡ahí está la Esperanza! Madrid ha aumentado un positivo 1’3%, ¿por qué será? De los 58 millones de visitantes en 2008, podremos, si la tendencia sigue, pasar a los 50, si hay suerte, y ahí es dónde están los Búlgaros, pues desde VARNA hasta NESSEBAR, en el Mar Negro, hay cientos de kilómetros de maravillosas playas (por cierto, el Mar Negro es bien azul), y se están desarrollando complejos turísticos, con cientos de Hoteles de 4 y 5 estrellas, en recintos cerrados, un poco al estilo Benidorm, con Hoteles supermodernos, grandes construcciones pegadas a la playa, y eso sí a algo menos de la mitad del precio que en España. Una semana con pensión completa puede conseguirse al precio de ± 500 euros /1.000 levas, en moneda local, y viajes desde 20 ó 39 euros, con tour incluido, y además, para más inri, en Hoteles de Cadenas españolas: Barceló, Meliá, Riu, etc., es decir, mitad de precio que en España.
Y si encima lo peor de la crisis está por llegar: OCDE – 4’2 del PIB, según Santiago Nuño Becerra, Catedrático de Estructura Económica de la Ramón Llull, que predice que la crisis empezará de verdad en 2010, y será brutal y terrible, y según Dani Modik, Economista y Profesor de Harward, esta recesión adopta un proceso de desglobalización. Otros,como Joaquín Muns, más que brotes verdes ve malas hierbas, o, como César Molinas, que afirma, como yo, que nos hemos estado mirando el ombligo la última década, perdiendo la ocasión de transformar la economía de nuestro país, y no hablemos de lo que piensan Rajoy, Velardo, Iranzo, Carlos Rodríguez Braun y Barea, además del “palmetazo” que le acaba de dar al Gobierno el Presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, pidiendo una profundo reforma laboral y despidos más baratos, ante el riesgo de quiebra de nuestras empresas, apoyando al presidente del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez (Mafo), al que conozco desde hace muchos años, y que es el único que habla con sensatez, en este DESATINADO GOBIERNO ZAPATERO, que de hecho hace todo lo contrario de lo que le piden los Economistas y Empresarios más destacados.! Zapatero!, el que vive en el mundo del No Cumpleaños de Alicia en el país de las maravillas.
Pero hablemos un poco más de Bulgaria, donde además de hablar el búlgaro se están metiendo a trabajar, con salarios de menos de la mitad de los españoles y además, asómbrense, lo hacen envueltos en la bandera de su país. Se me caían las lágrimas viéndoles bailar un “sirtaki“, una especie de sardana, entorno a la hoguera de sus antiguos campamentos de nómadas provenientes al principio del Centro de Asia, más tarde del Norte de Afganistán, de la ciudad de Balkh de donde proviene su nombre.
Ocuparon la TRACIA, después conquistado por Roma, como DACIA, y estos Tracios, que se dejaron dominar fácilmente, aunque antiguamente eran las tribus más salvajes del entorno (enterraban a sus reyes con su mujer preferida, perros y propiedades), se culturizaron por los constantes contactos con los griegos, que se establecieron en la península de Ness bar, no así los fenicios que teniean terror al Hellesponto, al que sí fue Jasón en busca del Vellocino de oro. Singular es el hecho de una antigua civilización en el mismo lugar, en 3.500 a.C., cuyo nombre se desconoce, pero que ha dejado maravillosas tumbas repletas de ornamentos de oro, antes de que se desarrollara la civilización egipcia.
A principios del siglo VI las tribus eslavas meridionales se asentaron en la antigua región de Tracia, salvando de la esclavitud a los Búlgaros que se habían asentado en estos territorios antiguamente de la esclavitud que les llamaban también tracios. A finales del siglo VII, una parte de las hordas búlgaras (un pueblo o conglomerado de pueblos nómadas de origen asiático que incluía elemento hunos y altaicos), acaudillada por el Han Asparuh, emigró hacia la parte nororiental de la península balcánica, estableciéndose en la región de Tracia. Paulatinamente fueron integrándose con las poblaciones locales, tanto eslavos como tracios, para formar el primer estado búlgaro.
Bulgaria fue una importante potencia europea durante los siglos IX y X, época en a que luchó contra el Imperio Bizantino por el control de la región de los Balcanes. El estado búlgaro fue destruido tras un asalto de los varegos establecidos en la futura Rusia occidental, en el año 969, y luego totalmente sometido por un ataque bizantino dirigido por el emperador Basilio II en 1018.
El estado búlgaro fue restablecido en 1185 h continuó siendo una potencia importante en el sureste europeo durante dos siglos más, durante los cuales continuaron las disputas frente a los pueblos nómadas y sobre todo los tártaros, el Imperio Bizantino, el reino de Serbia y los estados cruzados establecidos en Grecia y Hungría. Al final del siglo XIV, el país fue definitivamente sometido por el Imperio Otomano.
Los Rusos les liberaron en 1878, y se volvió reino en 1908. Después por haberse asociado a las potencias centrales en la 1ª y 2ª Guerras Mundiales, fue bombardeada y destruida y sometida al stalinismo, con su dictador, Todar Zhikov (después de Dimitrov). Dormí en uno de sus palacios, transformado en Hotel Arbanassi, (restos de fontaneria de oro), en un país del que disfrutamos viendo monasterios y ciudades medievales, romanas y bizantinas, como el Rila, Veliko Tarnovo, Arbanassi, Varna, Nessebar y el impresionante anfiteatro romano de Plovdiv, por cierto ciudad de la que era natural de Filipo de Macedonia. Por lo demás su eslavo “dobro utro” (buenas mañanas), “dobar dan”, buenos días, “veliko”, viejo, me recordaban mi casi ya olvidado serbo-croata, en tanto disfrutaba de las magníficas vistas de las esbeltos piernas de las búlgaras, que lucian con tacones altísimos, paseando por sus ciudades y calles. Nuestro Club Rotario Madrid-Pta. de Hierro y sus dignos representantes: Victorino Anguera, Gabriel Pérez Castillo, Salvador Olivas y nuestras esposas, así como la viuda de un compañero rotario, Andrés Villalobos, nos ilustramos en la historia, lloramos ante la bandera búlgara en la que se envolvían,bailarines y danzantes ante el recuerdo de la nuestra roja y gualda, que campeaba en la fachada del Instituto Cervantes de Sofía, y disfrutamos de una convivencia facilitada por las maravillosas comidas (4 Kgs más a la vuelta), que me hicieron olvidar a mi triste patria, en manos de Zapatero, incapaz de encontrar el Norte, la T4 gigantesca y una espera de una hora de las maletas, acabó con el sueño dorado que nos proporcionó la hospitalidad búlgara que, insisto, sigue siendo un idioma