Sorprendió que
Patxi López se refiriese al País Vasco como un oasis cuando aún colean las raíces etarras y las trifulcas de kale-borroka. Pero, desde el campo de la política civilizada, el entendimiento de los dos partidos constitucionalistas en beneficio de objetivos más elevados que los oportunismos partidistas merece el nombre de vergel en medio de un árido paisaje nacional.
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No es necesario mirar hacia Cataluña donde un socialismo olvidadizo de la preeminencia de los problemas sociales y de la dimensión estatal de su ideología es capaz de entregarse no solo a pactos de ocasión para mantener una presidencia equívoca sino a una vergonzante contaminación de insolidaridad nacionalista. También tenemos el resto de España donde tanto el partido gobernante como su alternativa no son capaces de discurrir nada superior a sus peleas de espionaje, corrupción y transfuguismo, deteriorando la imagen de la política con el método del “
tu peor” en vez de depurarse radicalmente de sus lacras.
Parece evidente que la zanja abierta entre el PSOE y el P.P. ha tenido su más concienzudo socavador en el presidente
Zapatero, sin que ello disculpe a la oposición de su pobreza mental. Pero una crisis socioeconómica tan profunda como la que padecemos exigiría por ambas partes algo más que el miedo a perder bazas electorales en un futuro. El sacrificio del Partido Popular Vasco aplazando la recuperación de la Diputación de Álava para no poner entre dos fuegos al lehendakari en los meses previo al debate de los Presupuestos Generales del Estado es un ejemplo de generosidad difícil de asumir pero, por ello mismo, fácil de admirar para cualquier observador libre de fanatismos y capaz de pensar en España y no solo en su partido.
Este clima político del oasis vasco es tan estimulante que hasta la oratoria de
Basagoiti y Patxi López se ha elevado sobre el tono pedestre del lenguaje político nacional. Se expresan con una serena elegancia y su retórica, sin perder las distancias ideológicas, está muy por encima del estilo de las instancias que pudiéramos considerar superiores. Desde su oasis vasco están demostrándonos que cuando es necesario se puede actuar con más altura de miras y que cuando se quiere se puede.