Un año más, el periodo navideño se presta a reuniones familiares, de amigos, de compañeros de trabajo de instituciones, de empresas, etc. Y en estas reuniones se suele pasar página de discrepancias, equívocos y malos entendidos. Surge un espíritu solidario de paz y de buenos deseos para todos y para nosotros mismos, la gente que nos rodea y las instituciones en que se desarrollan nuestras vidas. Entre españoles, el marco elevado del brindis lo establecemos en España. Pero este año creo que también debemos brindar todos los ciudadanos europeos por Europa.
Brindar es manifestar, al ir a beber vino o licor, el bien que se desea a alguien o algo. También significa, ofrecerse voluntariamente a ejecutar o hacer algo. En este doble sentido del brindis, considero podemos los ciudadanos europeos expresarnos en todas las oportunidades en que participemos y que al final se brinde por personas y diferentes motivos, invitar a los asistentes reunidos a brindar por Europa.
Expresar que lo hacemos por reconocer los éxitos de la Unión Europea (UE) logrados en estos 60 años, que han culminado con la entrada en vigor del documento constitucional que es el Tratado de Lisboa, con el que la UE inicia una nueva etapa de actividad política. España tendrá la presidencia en el primes semestre de 2010.
Una Europa democrática, con cesión creciente de soberanía por consenso de los Estados que la integran, para lograr mejorar la gobernanza y la toma de decisiones, pues cada día los políticos y los ciudadanos somos más conscientes del criterio expresado por la canciller alemana Angela Merkel: “Cada uno de los Estados miembros de la UE, por si solo, cuenta poco en la Política Internacional, en cambio, todos juntos somos una gran potencia a la altura de los Estados – Continente: Estados Unidos, Rusia, China, India.” La imparable Globalización del Mundo, requiere la existencia de una Unión Europea unida y consolidada en su actividad, política, social y económica, que no se limita a nuestro espacio continental, sino que tiene presencia mundial.
Para contribuir al éxito de la nueva andadura los ciudadanos debemos voluntariamente ayudar a lograrlo. ¿Cómo podemos hacerlo?
Existen cinco clases de ciudadanos europeos: europartidarios, eurosimpatizantes, euroindiferentes, euroescépticos y antieuropeos Los primeros son los que están más informados. Las que conocen las actividades beneficiosas que comenzaron Jean Monnet y Robert Schuman, cuando en la década de los años 50 y como reacción al cataclismo de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), con 55 millones de muertos, 35 de heridos, 3 de desaparecidos, mas destrucciones y efectos colaterales, lanzan la UTOPÍA de la unión de franceses y alemanes, y después de la Unión Europea.
Los que saben que los 60 años de integración europea han conseguido, por medio de seis Tratados, que paulatinamente han logrando aportaciones importantes: la libre circulación de personas y capitales, el euro, un Mercado libre que facilita el comercio y es el mayor del mundo, haber creado millones de puestos de trabajo, mejorar los derechos de los trabajadores, los derechos humanos, un medio ambiente más limpio, etc. Y en una nueva etapa, se propone alcanzar los siguientes objetivos y valores: más democracia, respeto a los derechos humanos, justicia, igualdad, y Estado de Derecho y sostenibilidad.
Que la cesión de soberanía de los Estados Miembros de la UE, ha sido pacífica, sin guerras, progresiva, al igual que el número de ampliaciones hasta llegar a los 27 Estados actuales. Y quizás en el futuro, a lo que hoy parece una Utopía: la incorporación de Turquía y Rusia, con lo que el territorio europeo se convertiría en euroasiático, ya que la tendencia geoestratégica mundial desplaza su centro hacia Asia.
Que la actividad de la Unión Europea no se limita a legislar para sus miembros, (hoy más del 60% de la legislación española viene de Bruselas). Sino que está presente en todos los problemas mundiales, como en la Cumbre de Copenhague sobre el cambio climático, actuando de mediador entre Estados Unidos y China, para tratar de ayudar en esa complicada Cumbre que parece no va a “mejorar tanto como se desea a Kyoto”.
La importante labor a realizar por europartidarios y eurosimpatizantes, es informar a los euroindiferentes, euroescépticos y antieuropeos para que conozcan el proceso europeo y sus éxitos. Que las aparentes Utopías de cada momento, son hoy realidades incuestionables. Y que los 60 años transcurridos no son comparables con los siglos y las guerras que costaron la transformación de los Estados Feudales en Estados Nación, a principios del siglo XVI.
Informar a indiferentes, escépticos y antieuropeos es convencerles, ante la solidez de los argumentos sobre realidades alcanzadas, y que la tendencia de integración europea que vivimos en nuestros días, es la mejor solución para nuestras vidas, individual y socialmente consideradas, así como para la superación de la crisis actual.
Por ello, conviene ¡BRINDAR POR EUROPA¡