El pleno del ayuntamiento de Vic se ha saltado a la torera las advertencias del Gobierno y ha aprobado la nueva normativa que impide el empadronamiento en el municipio de los inmigrantes en situación irregular, una norma que podría estar fuera de la ley y que deja en muy mal lugar a los partidos que componen el equipo de gobierno, PSC, CiU y ERC, los principales partidos catalanes.
Lo peor de todo no es el que la hayan aprobado por puro populismo, esperando robar votos del partido ultraderechista Plataforma per Catalunya, actualmente en la oposición en el consistorio de Vic, sino que la medida huele a xenofobia por todos los lados. La política nos vuelve a enseñar su peor cara, im-presentable.