En busca del lider perdido
domingo 11 de abril de 2010, 18:35h
Es indudable que el PSOE y toda su cohorte de medios van a aprovechar el sumario del Caso Gürtell para dar la matraca con la corrupción durante mucho, mucho, mucho tiempo. Han mordido en blando y no van a soltar la presa facilmente. Y el PP va a pagar muy caro el no haber sabido cortar a tiempo con la trama y desvincularse de los Correa and cía. La frase de Aznar, la pasada semana en Sevilla, "la corrupción es incompatible con el PP" suena a tópico manido, a broma de mal gusto o, lo que es aún peor, a echarle las culpas a la actual dirección encabezada por Mariano Rajoy, de haber permitido el enriquecimiento de una serie de individuos que se han hecho de oro utilizando el nombre del partido. La cosa no es nueva. En España hemos tenido ejemplos claros y manifiestos de enjuagues que van desde los casos Filesa, Malesa, Times Sport, a Juan Guerra, Naseiro, Ollero, Malaya, Astapa, Poniente y un largo etcétera que afecta a casi todas las fuerzas políticas que han tenido algún poder en el Estado, en los gobierno autonómicos, en las diputaciones o en los ayuntamientos. Aquí, hasta el más tonto hace relojes con el dinero de los contribuyentes, y los contribuyentes seguimos pagando religiosamente nuestros impuestos como si no pasara nada. Incluso hasta les volvemos a votar.
Porque no va a pasar nada. Esto durará un mes, dos o los que hagan falta. Y se olvidará. Se descubrirá otra trama de corrupción, quizás en el PSOE, y vuelta a empezar. Para el PP lo único bueno que tiene el Caso Gürtell es que se ha destapado cuando aún faltan dos años para las elecciones. Claro que, a lo peor, a Zapatero se le ocurre adelantar las elecciones si comprueba que esta ola le recorta puntos a los populares. Para ello haría falta que la economía española comenzará a ver los famosos brotes verdes y se frenara la destrucción de empleo. Algo bastante improbable. Hay quien apunta que el PSOE va a intentar alargar lo máximo posible el juicio del Gürtell para lograr más réditos electorales. Si consiguiera retrasarlo hasta el próximo otoño y cambiaran los vientos de la crisis, es probable que tuviésemos elecciones anticipadas antes de final de año. Pero, por desgracia, nadie apuesta un duro porque ésto cambie de rumbo.
Y es que parece que los asuntos de la corrupción política no son en estos momentos tan importantes en la sociedad española como lo fueron en tiempos de Felipe González, cuando no había semana en la que no saltara alguno a los medios de comunicación y acabaron desalojándolo del Gobierno. Quizás sea porque estamos más acostumbrados a ellos. Ahora, dadas las circunstancias, pesa mucho más en el voto del personal el hecho de no ver la luz al final del tunel de la crisis que el que Correa regale relojes o viajes o que Camps se haga gratis los trajes. Casi cinco millones de parados pesan mucho a la hora de acudir a las urnas y elegir la papeleta -"con el PSOE, dicen, la economía española siempre ha ido de ruína"- y por más parches que trate de poner el Gobierno de Rodríguez Zapatero, no parece que la economía española sea capaz de crear empleo al menos hasta mediados de 2011.
Así las cosas, a Zapatero se le plantea una disyuntiva curiosa que pasaría por seguir buscándole corruptelas al PP hasta que cambie la situación económica. Y al PP lo único que le queda es cerrar filas en torno a Rajoy y tratar de evitar que aparezcan más escándalos...O eso, o cambiar de lider y buscarse alguien capaz de poner orden en el partido y encarar con decisión una oposición más agresiva. El problema es encontrar ese mirlo blanco que, por ahora, no está en los puestos de dirección. A falta de dos años para los comicios, aún están a tiempo de fabricar un verdadero lider que ilusione al electorado.
Estaremos a la espera