Maestro de la crónica y el ensayo, el premio FIL 2006 fue implacable con todos, incluso contra las fallidas políticas de la izquierda
El cronista y ensayista mexicano Carlos Monsiváis murió ayer a los 72 años después de más de dos meses ingresado en un hospital de la capital mexicana por problemas respiratorios, informó a Efe un portavoz de la Secretaría de Salud. Monsiváis había sido internado en el hospital de Nutrición Salvador Zubirán, en el sur de la capital mexicana, desde principios de abril pasado aquejado por males respiratorios.
El escritor nació en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1938, estudió en la Escuela de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Era un escritor prolífico, de agudeza intelectual, por lo que se le consideraba como un indispensable analista de la vida nacional. Obtuvo numerosos reconocimientos y el más reciente le fue otorgado por el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo (CCPNP), el pasado 12 de mayo cuando tenía ya más de un mes hospitalizado.
Carlos Monsiváis fue un autor incansable, maestro de la crónica y el ensayo, con una implacable capacidad crítica, que ejerció incluso contra las fallidas políticas de la izquierda.
Enemigo de la cultura como manifestación ajena al pueblo y a la gente, era común su presencia en festivales, ferias y presentaciones de libros de otros amigos escritores ya que la mayor parte de su reconocimiento y admiración lo obtuvo de otros importantes autores como el poeta José Emilio Pacheco.
Monsiváis fue un escritor militante, casado siempre con la defensa de los pobres, de las minorías sexuales oprimidas y de los pueblos indígenas, cuya aportación a la cultura mexicana siempre respetó.
Era crítico como otros muchos mexicanos con los políticos de su país, pero sobre todo con los modos autoritarios, la sinrazón y los abusos que durante décadas arrumbaron en la pobreza a millones de personas. «No puede ser la afrenta de que haya 60 ó 70 millones de mexicanos viviendo en la pobreza, en situaciones terribles, con problemas de salud, de habitación, de educación y de empleo. No puede seguir el país así, la sociedad no lo admite, la fluidez social no lo permite», declaró a Efe en una entrevista realizada en 2006 en su casa, un lugar rodeado de gatos y libros.
Ensayista y cronista, este destacado autor de ideas progresistas rechazaba las posturas más radicales y contrarias a los derechos humanos que se han dado con gobiernos izquierdistas latinoamericanos. «Yo me identificó con la izquierda en muchas cosas, no con la parte de la izquierda que, por ejemplo, dice que Fidel Castro no es un dictador. Con esa parte no me identifico. O que advierte en (Hugo) Chávez un ser ponderado y moderado, eso sí, no lo veo», indicó entonces.
Conocido como el 'cronista de la antiposmodernidad' por su vasta obra periodística, Monsiváis es un autor prolífico con obras como 'Los rituales del caos' (1995), 'Días de guardar' (1970) y 'Nuevo catecismo para indios remisos' (1982).
Muchos de sus libros están a caballo entre el análisis de la cultura y de la actualidad, siempre comprometida con la búsqueda de una sociedad más libre y tolerante, pero esa misma intención animaba sus incontables artículos periodísticos.
Desde joven colaboró en suplementos periodísticos y diarios de gran trascendencia en la historia de México, como El Universal, Futuro, Excélsior y el Gallo Ilustrado.
Fue, además, cofundador y colaborador del semanario Proceso, Unomásuno y La Jornada, y ha sido investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano y conferenciante en varias universidades latinoamericanas y estadounidenses.
De su literatura se llegó a elogiar su capacidad para renovar «las formas de la crónica periodística, el ensayo literario y el pensamiento contemporáneo de México y América Latina». «Ha forjado un lenguaje distinto para representar la riqueza de la cultura popular, el espectáculo de la modernización urbana, los códigos del poder y las mentalidades», indicó el jurado que le galardonó con el Premio FIL, antes conocido como 'Juan Rulfo' en la XX Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2006.
De él llegó a decir su editor en España, Jorge Herralde, que era «un auténtico fuera de serie» de las letras por su «mirada crítica» y su expresión en un «lenguaje muy personal». El fundador de Anagrama le publicó en el 2000 la obra 'Aires de familia', una reflexión sobre la identidad latinoamericana, con la que ganó el Premio Anagrama de Ensayo.
«Irremplazable»
El escritor mexicano José Emilio Pacheco, el Premio Cervantes 2009, afirmó que con la muerte de su colega y amigo Carlos Monsiváis se pierde «una conciencia crítica irremplazable», en una declaración escrita entregada a Efe. «No puedo concebir un México sin la presencia ubicua de Carlos Monsiváis. Durante muchos años nos acostumbramos a leerlo, a escucharlo en conferencias por todas partes y en programas de radio, y a verlo en la televisión a tal punto que parece imposible resignarse al nunca más», dijo Pacheco.
«Perdemos una conciencia crítica irremplazable. Nos queda, en cambio, una obra vastísima que empezó en 'Días de guardar' (1970) y culminó en 'Apocalipstick' (2009), uno de sus grandes libros», agregó José Emilio Pacheco.
Manifiesta Calderon su pesar por muerte de Monsivais
El presidente Felipe Calderon Hinojosa expreso su profundo pesar por la muerte de Carlos Monsivais, ``poseedor de una pluma y de una inteligencia excepcionales''.
``En el marco de una sociedad plural que mantiene su impulso decidido por transformar a nuestra nacion, los mexicanos extranaremos la vision critica, reflexiva e independiente de Carlos Monsivais'', senalo el mandatario, de acuerdo con un comunicado de la Presidencia de la Republica.
Recordo que Carlos Monsivais forjo escuela entre los grandes cronistas de la cultura y la sociedad en el Mexico contemporaneo.
Su obra literaria y periodistica es referencia fundamental para comprender la riqueza y diversidad cultural del pais.
Ademas fue cronista y testigo de su epoca.
``Las cronicas, los ensayos, articulos y el pensamiento de este entranable mexicano han sido esclarecedores para comprender a nuestro pais y nuestro tiempo.
Su obra se caracterizo por su agudo y bien informado sentido critico''.
Homenajean a Monsiváis en Bellas Artes
El cuerpo del laureado escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) arribó minutos después de las 10:00 horas al Palacio de Bellas Artes, donde amigos, familiares y colegas le rendirán un último adiós.
Sobre una gran alfombra roja y acompañados por autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y de las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Cultura capitalina, los restos del autor “Apocalipstick”, quien falleció la víspera por problemas respiratorios, fueron recibidos en medio de una lluvia de aplausos.
Minutos antes, el cortejo fúnebre había salido del Museo de la Ciudad de México, donde anoche autoridades del gobierno de la Ciudad de México le ofrecieron un cálido y sentido homenaje.
La víspera, el rector de la UNAM, José Narro, dijo que la máxima casa de estudios rendirá un homenaje al también ensayista y ex egresado de la Facultad de Filosofía y Letras quien abanderó toda su vida los principios y valor de la gratuidad en la educación pública.
Desde el pasado 2 de abril, el escritor mexicano ingresó al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” para recibir tratamiento, sin embargo en las últimas semanas su estado de salud se complicó.
Carlos Monsiváis Aceves nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938. Crítico e irónico, el autor fue, según el poeta José Emilio Pacheco, el único escritor “que la gente reconoce en la calle”. Considerado un gran cronista de la vida cotidiana de los mexicanos, del arte y de sus personajes populares, escribió multitud de ensayos, un libro de fábulas, y biografías de personajes que han dejado huella en la vida mexicana como Salvador Novo.
El cronista fue distinguido con numerosos premios, entre ellos el Príncipe Claus que otorga Holanda (1998), la Medalla Gabriela Mistral, que entrega Chile (2001), el Premio de Literatura en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 2006 y en el mismo año, el doctorado honoris causa de la Universidad de Arizona.